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Motivos para la indignación

Hay razones para la indignación. La situación ambiental objetiva así lo exige. Situaciones que a veces desembocan en dramas personales o familiares, empresariales, colectivos... La grave y prolongada crisis está provocando una profunda brecha entre la población, el estado de bienestar creado es difícil de mantener y más en tiempo de crisis, está en peligro…  Es el “sistema” que nosotros mismos hemos creado el que está siendo cuestionado, puesto en entredicho, impugnado. La gente parece que de golpe  ha despertado, una parte de la población ha roto con la apatía o la indiferencia, se ha echado a la calle ocupando calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades para expresar y verbalizar el malestar general(¿?), su malestar particular (¿?)…

El movimiento es en sí heterogéneo: en su seno coexisten anarquistas, antisistema, nolesvotes, conservadores, católicos y enfadados con la partitocracia.  Entre los “indignados” los hay acampados y no acampados. Unos y otros saben de los problemas estructurales de nuestro “sistema”... han sufrido en sus carnes el desgarro constante de la crisis económica, el dictado de sus postulados, la esclavitud de sus amos, las servidumbres de la opulencia… En el movimiento han confluido diferentes luchas que han ido surgiendo alrededor de un mismo sentimiento de indignación. Cuál es su misión, a qué aspiraran, cuál es su fin último?

Se han identificado unos causantes y unos responsables de la deteriorada situación: la dictadura de los mercados, la crisis financiera internacional, la aguda crisis económica, un sistema político que escapa al control real de los ciudadanos, una democracia formal, de papel o sobre el papel, deteriorada, pero no una democracia participativa, real. Una casta política endogámica y privilegiada que no cumple con su cometido, que no resuelve los problemas de la gente, que no parece estar realmente al servicio del bien común sino más bien al servicio de intereses particulares.

Se va extendiendo el sentimiento de que la política institucional no está dando respuesta a algunos de los principales problemas creados por la crisis económica, principalmente entre los jóvenes y los ciudadanos más desfavorecidos. Pero una cosa sería considerar que no lo hace porque el parlamentarismo y el Estado de derecho son incapaces de por sí, y otra diferente estimar que los partidos y sus líderes están realizando un uso incorrecto de ellos.

Se ha focalizado la crítica en el mal funcionamiento del sistema económico, político, representativo... pero eso es todo? Qué hay más allá de esas aparentes causas? Aquí están todos los que son? Qué tipo de “indignación” es la que aflora en las plazas de nuestros pueblos y ciudades? La corriente de indignación ha de quedar encorsetada, constreñida, a lo mayoritariamente aceptado por los indignados acampados como políticamente correcto o para ser verdaderamente auténtica y sincera incluso tiene que romper esos moldes? Es pertinente la “indignación” por motivos que están más allá de la crítica a la estructura socio-económica-política-jurídica? Veamos diversas aproximaciones al fenómeno.

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1. Basta ya...

“He perdido el trabajo, estoy a punto de agotar la prestación por desempleo, en casa escasean los ingresos, los gastos mensuales no hacen vacaciones, los impuestos no prescriben, la mujer se encuentra en situación parecida a la mía, la hipoteca,  los hijos... meses y meses, años y años así. La situación me sobrepasa. Las perspectivas no son esperanzadoras. Me encuentro hundido. Mi futuro lo veo negro. El sistema me ha marginado. Me siento excluido... Y mientras yo me lamento de mi situación, contemplo a otros que,  unos sin no muchos méritos, han hecho carrera política dentro de sus organizaciones, ocupan puestos relevantes,  cobran sueldos millonarios, tienen asegurada su pensión vitalicia, otros están subvencionados, políticos que obligan a otros a estrecharse el cinturón, mientras ellos no renuncian a ninguno de sus privilegios,... mientras el gobierno para reducir el déficit opta por recortar el sueldo de funcionarios, reducir las pensiones, retirar  el exiguo cheque-bebé, la administración no adelgaza sus gastos,... la corrupción, el despilfarro…  en tiempo de profunda crisis económica se continúa utilizando el dinero de todos para rescatar entidades financieras, subvencionar con ayudas millonarias actividades de dudosa utilidad y productividad social...

Y como yo, tantos y tantos conciudadanos.  5 millones de parados, una gran parte de ellos jóvenes, una economía al servicio de las personas por encima de las entidades financieras... Los políticos no nos representan, a menudo muy alejados de los problemas de los ciudadanos, corrupción personal e institucional, trasiego de influencias, despilfarro, Eres falsos, colectivos de víctimas menospreciados, un gobierno que miente más que habla, que negocia con terroristas, instituciones sumidas en un amplio descrédito, presuntas actuaciones gubernamentales de dudosa legalidad, leyes y decisiones políticas de gran calado que se imponen sin consultar al pueblo,  formación de una democracia más representativa y más directa, quiebra de la confianza en el sistema, inseguridad, miedo, zozobra…”   (Esta es la expresión del malestar de fondo. Estas y otras expresiones podrían representar muy bien algunos de los pensamientos de cualquier ciudadano  “indignado” de a pié. Hay sobrados motivos para sentirse indignado).

2. Un movimiento ciudadano

Pero, ¿qué hay detrás de la plataforma que ha organizado mediante las redes sociales? ¿Quiénes son? Este grupo de personas (llamadas 'Plataforma de coordinación de grupos pro-movilización ciudadana') se reivindican como ciudadanos cabreados con el sistema, con diferentes sensibilidades, nacidos "al calor de Internet y las redes sociales (...) el única fin es fomentar la discusión abierta entre todos aquellos que quieran implicarse en la preparación y coordinación de acciones comunes". 

El manifiesto de la plataforma (disponible íntegramente en castellano, catalán, gallego, euskera, asturiano e inglés) deja clara la postura de indignación y preocupación por el panorama político económico y social, por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros, y por la indefensión que todo esto le genera al ciudadano raso. 

Asimismo, declaran, entre otras cosas que, "Las prioridades de la sociedad deben ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas". 

Fuente: ForumLibertas

3. ARTÍCULO DE ARTURO PÉREZ REVERTE

Arturo Pérez Reverte

Hay un problema laboral del colectivo de controladores aéreos que afecta al 1,2% de la población española (600.000 personas) y casi todos saltáis como energúmenos pidiendo hasta el linchamiento de ese colectivo cuando el día anterior hacen otra reforma del sistema laboral más restrictiva, quitan los 420 euros de ayuda a 688.000 parados que están en la ruina y anuncian cambios drásticos a peor en la ley de pensiones que afectan al 80% de la población y nadie se indigna ni dice nada. ¿Sois idiotas?

Estáis pidiendo a gritos al Gobierno que se apliquen medidas que quitan el derecho a la baja laboral, a los permisos retribuidos y a las horas sindicales, sacar militares a la calle ¿sois idiotas?

Estáis leyendo que mintieron en los vuelos de la CIA, en el caso Couso, que González era la X del GAL, que gente del PP cobraba de la trama Gürtel, que hay políticos que cobran más de 230.000 euros al año, pero que nos cuestan más de 3 millones de euros, que la corrupción en la política no es excepción, sino norma, que ellos mismos se adjudican el derecho a cobrar la jubilación máxima con pocos años en las Cortes y a nosotros nos piden 40 de cotización, banqueros que consiguen del gobierno medidas duras contra los trabajadores y que tenían que estar en la cárcel por delitos demostrados de fraude fiscal y no decís nada, os quitan dinero para dárselo a esa gente que cobra cientos de miles de euros año, especula con nuestro dinero, defrauda a Hacienda y seguís callados ¿sois idiotas?

acampadaTenéis una monarquía que se ha enriquecido en los últimos años, que apoya a los poderosos, a EEUU, a Marruecos y a todo lo que huela a poder o dinero, hereditaria como en la Edad Media ¿sois idiotas?

En Inglaterra o Francia o Italia o en Grecia o en otros países los trabajadores y los jóvenes se manifiestan hasta violentamente para defenderse de esas manipulaciones mientras en España no se mueve casi nadie ¿sois idiotas?

Consentís la censura en los medios de comunicación, la ley de partidos, la manipulación judicial, la tortura, la militarización de trabajadores sólo porque de momento no os afecta a vosotros ¿sois idiotas?

Sabéis quién es toda la gentuza de las revistas del corazón, futbolistas supermillonarios pero jamás escucháis a nadie como Saramago o Chomsky u otros mil intelectuales veraces y comprometidos con vuestros problemas ¿sois idiotas?

Si mucha gente responde sí, aún nos queda un poco de esperanza de conseguir acabar con la manipulación de los políticos y poderosos. Si la mayoría contesta no, entonces estamos jodidos.

EL GOBIERNO: Ha bajado el sueldo a los funcionarios, suprimido el cheque-bebé, congelado las pensiones y reducido la ayuda al desempleo, (EL PARO), para afrontar la crisis que han generado los bancos los políticos y los especuladores bursátiles.

Nos gustaría transmitirle al Gobierno lo siguiente:

Dediquen su empeño en rebajar LA VERGÜENZA DEL FRAUDE FISCAL, que en España se sitúa alrededor del 23% del P.I.B. (10 puntos por encima de la media europea) y por el que se pierden miles de millones de €uros, fraude que repercute en mayores impuestos para los ciudadanos honestos.

TENGAN LA VERGÜENZA de hacer un plan para que la Banca devuelva al erario público los miles de millones de euros que Vds. les han dado para aumentar los beneficios de sus accionistas y directivos; en vez de facilitar el crédito a las familias y a las empresas, erradicarlas comisiones por los servicios bancarios y que dejen de cobrar a los españoles más humildes €30.01, cada vez que su menguada cuenta se queda sin saldo. Cosa que ocurre cada 1º de mes cuando les cargan las facturas de colegios, comunidades, telefonía, Etc. y aun no les han abonado la nómina.

PONGAN COTO a los desmanes de las empresas de telefonía y de ADSL que ofrecen los servicios más caros de Europa y de peor calidad.

ELIMINEN la duplicidad de muchas Administraciones Públicas, suprimiendo organismos innecesarios, reasignado a los funcionarios de carrera y acabando con los cargos, asesores de confianza y otros puestos nombrados a dedo que, pese a ser innecesarios en su mayor parte, son los que cobran los sueldazos en las Administraciones Públicas y su teórica función puede ser desempeñada de forma más cualificada por muchos funcionarios públicos titulados y que lamentablemente están infrautilizados.

HAGAN que los políticos corruptos de sus partidos devuelvan el dinero equivalente a los perjuicios que han causado al erario público con su mala gestión o/y sus fechorías, y endurezcan el Código Penal con procedimientos judiciales más rápidos y con castigos ejemplares para ellos.

INDECENTE, es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado de 3.996, pudiendo llegar, con dietas y otras prebendas, a 6.500 €/mes. Y bastantes más por diferentes motivos que se le pueden agregar.

INDECENTE, es que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública, ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera.

INDECENTE, es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura).

INDECENTE, es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con siete, y que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesiten jurar el cargo.

INDECENTE, es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF.

INDECENTE, es colocar en la administración a miles de asesores = (léase amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados)

INDECENTE, es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos y sindicatos pesebreros, aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.

INDECENTE, es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (ni cultural ni intelectual).

INDECENTE, es el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.

Indecente No es que no se congelen el sueldo sus señorías, sino que no se lo bajen.

INDECENTE, es que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año.

INDECENTE, es que ministros, secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del ERARIO PÚBLICO.

Y que sea cuál sea el color del gobierno, toooooooodos los políticos se benefician de este moderno "derecho de pernada" mientras no se cambien las leyes que lo regula.

¿Y quiénes las cambiarán? ¿Ellos mismos? Ja. Juntemos firmas para que haya un proyecto de ley con "cara y ojos" para acabar con estos privilegios, y con otros.

Haz que esto llegue al Congreso a través de tus amigos.
ÉSTA SÍ DEBERÍA SER UNA DE ESAS CADENAS QUE NO SE DEBE ROMPER, PORQUE SÓLO NOSOTROS PODEMOS PONERLE REMEDIO A ESTO, Y ÉSTA, SI QUE TRAERÁ AÑOS DE MALA SUERTE SI NO PONEMOS REMEDIO, está en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos.
¿DONDE ESTÁ LA GENTE? QUE LEVANTAN MASAS PARA EL FÚTBOL Y NO PARA DEFENDER NUESTROS DERECHOS.

4. Un penoso panorama

Sólo 0,4 de cada 10 estudiantes se sitúa en los niveles máximos de la clasificación PISA. Casi 2 de cada 10 jóvenes o adolescentes será adulto bajo alguna drogadicción legal o ilegal, que lo hará dependiente. 6 de cada 10 jóvenes de 15 a 29 años tiene problemas de salud causados por sus hábitos. Si es chico, casi 4 de 10 será un fracasado escolar, y 2 más alcanzarán la titulación sin los conocimientos mínimos. 3 de cada 10 de edades comprendidas entre los 20 y 24 años no tiene título de Bachillerato o FP. Casi 4 de 10 está en el paro. El 38,5% de las familias catalanas tienen escasa capacidad para educar a los hijos. En definitiva, 4 de cada 10 jóvenes alcanzarán la plenitud adulta en condiciones personales y de socialización bastante malas. Es un hecho histórico inédito de efectos demoledores. A pesar de su gravedad, la atención que se le otorga es fraccionada, inexistente o incluso negacionista.

Forum Libertas

5. Indignaos

Es como si el esclavo le pidiera a su amo que lo esclavice más amorosamente, que le brinde mejor techo y más comida

JUAN MANUEL DE PRADA, Diario ABC

HAY quienes aventuran que la acampada de la Puerta del Sol está manejada entre bambalinas por la izquierda; pero la izquierda no necesita recurrir a tales manejos, por la sencilla razón de que el clima de la época está suficientemente anegado de sus consignas utópicas (consignas que luego se pasa por el forro de los cojones cuando gobierna). Y así, toda revuelta o protesta popular que surja en nuestra época tendrá infaliblemente una formulación «progresista», más o menos quimérica o desorganizada, pero «progresista» siempre. Porque esos chavales indignados son hijos de su época; y su carácter, su conciencia y, en general, toda su esfera interior (lo que los antiguos llamaban alma) han sido moldeados por la propaganda progresista, que es algo así como el líquido amniótico en el que han sido gestados, y la leche nutricia que los ha alimentado mientras fueron a la escuela o a la universidad, mientras veían televisión o navegaban por internet. Nadie necesita manipularlos, puesto que han sido previamente moldeados; y quien ha sido previamente moldeado en el progresismo, aun cuando revienta (o sobre todo cuando revienta), lo salpica todo de progresismo.

Así pueden comprenderse las palabras solidarias con que los socialistas acogen la acampada de la Puerta del Sol, que a simple vista pueden parecer cínicas. Y que sin duda lo son, pero de un modo mucho más alevoso y sofisticado de lo que a simple vista parece. Cuando Zapatero, Chacón o Pajín se precian de «comprender» a los chavales indignados actúan con la misma socarronería del ciego cabrón del Lazarillo, que después de descalabrar al protagonista con una jarra de vino se burla de él, mientras lo cura aplicándole vino en las heridas: «¿Qué te parece, Lázaro? El mismo vino que te enfermó te cura y da salud». Los socialistas saben bien que un empacho de consignas progresistas sólo puede concluir con una vomitona de consignas progresistas; y esto es lo que, a la postre, refleja la menestra de proclamas que se vociferan en la Puerta del Sol: un vómito de progresismo enfermo que sólo podría sanarse auténticamente renegando de la causa de sus males; pero tal sanación exige una «metanoia», un cambio de mente que quienes han sido moldeados en el progresismo no pueden acometer. Que ni siquiera pueden vislumbrar.

Sin embargo, en la naturaleza humana subyace siempre —no importa cuán anegada esté de propaganda, cuán moldeada por el clima corruptor de su época— una nostalgia de la belleza, el bien y la verdad. Y ese fondo es el que asoma, magullado, malherido, hecho trizas o añicos, entre la empanada mental de proclamas que los chavales indignados lanzan contra el «sistema» que los ha moldeado; proclamas cuyo lenguaje acata los códigos que el propio «sistema» les ha inculcado: democracia participativa, libertades ciudadanas, subsidios, financiación pública, etcétera; y todo ello aderezado con un emotivismo párvulo y efervescente. Que es como si el esclavo le pidiera a su amo que lo esclavice más amorosamente, que le brinde mejor techo y comida más abundante; requerimiento que halaga al amo sobremanera, pues cuando el esclavo reclama mejoras en las condiciones de su esclavitud está reconociendo que sin esclavitud no podría sobrevivir ya, que no hay vida fuera de la esclavitud. Y entonces el amo le dice al esclavo con sorna, mientras satisface sus peticiones utilizando como remedio la causa de sus males: «¿Qué te parece? El mismo vino que te enfermó te cura y da salud».

6. El deseo y la pataleta

David Jiménez Torres

El movimiento puede convertirse en el fermento de ese espíritu cívico y exigente que echamos de menos los europeos cuando observamos países como Estados Unidos.

A mi juicio, el síntoma más elocuente de la hora actual es la ausencia en toda Europa de una ilusión hacia el mañana. Si las grandes naciones no se restablecen es porque en ninguna de ellas existe el claro deseo de un tipo de vida mejor que sirva de pauta sugestiva a la recomposición (...) Hoy en Europa no se estima el presente: instituciones, ideas, placeres saben a rancio. ¿Qué es lo que, en cambio, se desea? En Europa hoy no se desea. No hay cosecha de apetitos. Falta por completo esa incitadora anticipación de un porvenir deseable, que es un órgano esencial en la biología humana. El deseo, secreción exquisita de todo espíritu sano, es lo primero que se agosta cuando la vida declina.

Así hablaba Ortega y Gasset en el prólogo a la segunda edición de España invertebrada (1922). Y es por la necesidad de ese Deseo del que hablaba el filósofo, por lo que instintivamente simpatizo con las protestas de Sol y del resto de España.

Dicho esto, viene la habitual legión de reservas, asteriscos, notas al pie. Por ejemplo, es imperdonable que los manifestantes no hayan protestado contra la legalización de Bildu. Y también me parece un grave error que los organizadores se resistan a desconvocar las concentraciones previstas para el sábado. Grave error porque será una infracción de la ley y también porque actuará en detrimento de la efectividad del presunto "movimiento": el mensaje ya está lanzado y la cobertura mediática ha sido máxima. Persistir en la resistencia a la decisión de la Junta Electoral no hará sino incitar una deriva de los acontecimientos que puede empañar todo lo que este movimiento pueda tener de positivo.

Efectivamente, el ideario y las propuestas de los reunidos no son a veces más que la repetición de consignas anticapitalistas y del "pataletismo" de izquierdas más vulgar. Pero me parece un error tomar esas secreciones en forma de manifiestos por caracterizaciones de la totalidad. El movimiento me parece (admito que desde la distancia; no sé más que lo que leo en los periódicos y lo que me escriben algunos amigos que están en Sol) manifiestamente heterogéneo y proteico, y encasillarlo en el "antisistemismo" o en las estrategias de resistencia de una izquierda al borde de una debacle electoral me parece cerrarse a su potencialidad.

Al fin y al cabo, me sorprendería que cualquier lector de estas líneas no encuentre ni un solo punto en común con las reivindicaciones de los "indignados". La intolerancia con la corrupción provenga del partido que provenga; la exigencia de una mayor ética en la actuación pública; el exigirles más compromiso y esfuerzo a los políticos; incluso propuestas más específicas como cambiar la ley electoral. Todo esto es muy positivo, y me atrevería a decir que desde esta casa se han defendido siempre ideas muy similares. Y también creo que a estas alturas es lícito sospechar que la llegada de Rajoy, Soraya, Cospedal y cía. al poder no supondrá el remedio automático de estos males.

El 15-M probablemente decidirá en las próximas horas y días su carácter definitivo: va camino del mito, tiene aspiraciones de mito, pero aún está hallando los contenidos que le darán coherencia. Puede desembocar en mera pataleta, pero también puede cristalizarse en un deseo potente como el que Ortega y Gasset consideraba imprescindible para toda regeneración. Es este posible carácter de deseo más allá de la pataleta el que creo que hay que fomentar y defender. Las acampadas pueden convertirse en un mito de los antisistema, en un mito del progresismo, en un mito de la derecha (no es descabellado), o también en un mito de todos los españoles, uno de esos mitos nacionales que tanto nos cuesta hallar. Dicho de otro modo, el movimiento puede convertirse en el fermento de ese espíritu cívico y exigente que echamos de menos los europeos cuando observamos países como Estados Unidos, donde un hombre como Rubalcaba jamás habría podido rehacer su carrera tras el GAL, donde ningún político se habría atrevido a incluir a imputados en sus listas. Infectar a la ciudadanía de este deseo y hacer ver a los partidos que se pueden sacar réditos electorales de hacerle caso y adoptar algunas de sus propuestas (única forma realista de lograr el cambio) no puede sino resultar positivo para todo el país.

Me temo que en el análisis de este movimiento se está reproduciendo un error común al estudio del regeneracionismo que hace un siglo, después del Desastre, imperaba en nuestros círculos intelectuales. Y es que, perdidos en el análisis de la feroz crítica que llevaron a cabo los regeneracionistas, no nos damos cuenta de que su esfuerzo tenía un carácter profundamente patriótico. Desear, exigir que tu país sea algo mejor que lo que es ahora siempre es un acto patriótico, independientemente de que uno lo diga explícitamente o no. Tampoco nos damos cuenta de la enorme posibilidad que escondía ese deseo, de la enorme oportunidad perdida que fue no lograr encauzarlo y legitimarlo dentro del orden político de la Restauración.

Y es este paralelismo histórico el que verdaderamente me preocupa, el que creo que debería preocuparnos a todos. El regeneracionismo no logró encauzarse de manera clara, ni a través de los dos partidos principales de entonces ni a través de las múltiples iniciativas que acometieron sus principales líderes. Las consecuencias fueron nefastas para España y para la libertad. Es esto lo que deberíamos evitar, el que un movimiento que puede llegar a tener auténtica fuerza y un impacto positivo se niegue a encauzarse por un camino claro y legítimo. Aquí es donde deberíamos ser verdaderamente exigentes con los Indignados. Deberían comprender que a menos que decidan encauzar ese deseo que, hasta cierto punto, compartimos tantos españoles, entonces todo, las pancartas y las consignas, la poesía escrita sobre el cartón, se habrá quedado en una mera pataleta.

La oportunidad perdida habría sido, entonces, considerable. En el prólogo a la cuarta edición de España invertebrada, Ortega añadía: "las naciones se forman y viven de tener un programa para el mañana".

Fuente: Libertad Digital


7. Durmiendo sobre el asfalto

Koldo Aldai, 25-Mayo-2011

Las verdaderas trasformaciones no tienen ventana a los telediarios, no se anuncian en las noticias de las nueve. Los auténticos progresos van más por dentro, son más sigilosos, más imperceptibles a las pupilas de afuera. No conviene preocuparse en exceso por unos  resultados electorales. No debería afectarnos el gran avance de las fuerzas conservadoras en las elecciones  pasadas, tampoco su próxima toma de la Moncloa  en los escrutinios generales de Marzo.

Las trasformaciones más reales y duraderas acontecen en la urbe interior hasta que comienzan a florecer a la luz del día. La ley de la manifestación opera de lo más sutil a lo más denso, nunca al contrario. Progreso y libertades son ante todo conquistas personales a las que un buen día, de forma espontánea, les llega la hora de manifestarse allá fuera. Debajo del asfalto de Sol estaba también el triunfo de los populares, pero nuestras esperanzas no se ciñen a lo que se manifiesta ya debajo, ya encima de las grandes plazas. Tienen más que ver con una nueva forma de latir, sentir, mirar, abrazar, caminar, construir…, ya sobre ese hormigón, ya preferiblemente donde se acaba.

Los números de los escrutinios tienen una importancia relativa. ¿Quién escruta por dentro, quién lee la transformación que va operando en las personas hacia una mayor donación de sí mismos/as, de mayor entrega a la humanidad y a la vida? Por muy  hartos que estemos de los bancos y de los poderosos, nunca deberemos perder de vista al tacaño, al tirano… que también pulula por dentro. Los definitivos cambios arrancan más cerca de lo que imaginamos. Si esa mutación interna se contagia, la vieja y obsoleta civilización materialista e individualista, sostenida merced a nuestro propio temor e ignorancia, se irá desmoronando. No será siquiera necesario precipitar su caída.

El gran valor del movimiento del 15M es el espíritu exquisitamente pacífico, la audacia e imaginación manifestados, lo cual es ya la expresión de un nivel de conciencia y desarrollo internos. Debajo del asfalto de Sol estaba una reacción copando más y más centros de poder, pero, ¿quien hará olvidar a los jóvenes la utopía que, siquiera por unos días, aterrizaron y plantaron en el corazón de las ciudades?, ¿quién les hará olvidar ese otro Mayo en el que descansaron juntos bajo las estrellas, en el que dieron rienda suelta a toda su creatividad? Quienes han dormido cabeza con cabeza, sueño con sueño sobre el duro asfalto tienen  al amanecer un largo itinerario, todo un recorrido juntos por delante.

Lo que ha distinguido la “spanish revolution”  de  otras  revueltas anteriores ha sido su orden, su espíritu noble y no-violento, su capacidad de autoorganización, de proporcionar propuestas, su ánimo de reconstrucción de otro mundo, no sólo de tumbar el viejo sistema. Debajo del asfalto de Sol aguardaba la  fiesta en la calle Génova, pero ya nada será como antes de aquel 15 M en que descubrimos, gracias a las redes sociales, nuestro poder y capacidad  para ir en pos de nuestros sueños.

Quienes han  vivido esa primavera con toda la fuerza de la mutua ayuda, de la solidaridad, de la co-creación…, albergan la semilla en sus corazones para engendrar nuevas primaveras allí donde vayan.  Saben ya cómo se tensan las lonas, cómo se dibujan las grandes letras y se moderan asambleas, cómo se acaricia el futuro y se conjuga la esperanza…

Debajo del  asfalto de Sol aguardaba también un avance del inmovilismo, sin embargo ello no debiera mermar la ilusión entre los/as constructores/as de lo nuevo. Sigamos reciclando el descontento de forma que vaya encontrando más y más concreción en nuevos y amplios movimientos sociales, en nuevas y emancipadoras propuestas alternativas, que nunca de confrontación.

Lo pequeño es también  en  grande. Quienes han creado un mundo más armonioso, fraterno y colorido siquiera por unos días, bajo unas lonas precarias, podrán recrearlo a una escala más extendida, por un tiempo más prolongado. Olvidemos los triunfos de los populares, el color de los concejales y junteros, reparemos más en el color que lanzamos a las paredes de nuestros días, el color que somos capaces de imprimir a la convivencia en nuestro entorno más cercano. Al fin y al cabo son las pequeñas revoluciones las que puntúan, las grandes las abrazaremos más tarde, una vez haya amanecido lo suficiente por dentro.

Koldo Aldai
www.artegoxo.org

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