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Un mensaje de esperanza y una llamada a la acción

No todo está perdido y es posible recuperar el rumbo.

«¿Qué clase de mundo queremos dejar a quienes vienen después de nosotros, a los niños que están creciendo ahora?»

  • Una llamada a combatir la degradación ambiental, pero de manera especial la degradación y el descarte humano y social.
  • Avanzar en la construcción de una sociedad nueva: alcanzar un consenso mundial que frene el deterioro global del planeta: ambiental, humano y social.
  • Hacia un modelo alternativo de «progreso» y de «desarrollo» basado en la sobriedad, la simplicidad, el respeto a la tierra, y la capacidad contemplativa y relacional.
  • Un compromiso transformador basado en la justicia y la fraternidad y a favor de la dignidad de los más débiles y vulnerables de la tierra.
  • Un aliento profético a favor de un desarrollo sostenible, respetuoso con la creación y justo con los más desfavorecidos.

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Desvelo, denuncia, compromiso y esperanza. Sobrevolando el panorama planetario, horizontes amplios, mirada laxa, llamada a la esperanza, compromiso responsable. Una llamada al compromiso con una verdadera revolución cultural y antropológica que plantee una redefinición del «progreso» que estamos practicando. Ardua tarea de responsabilidad colectiva pero también de laboriosa responsabilidad individual de respeto hacia uno mismo, empezando por el conocimiento y consideración de nuestra propia naturaleza antropológica. Un llamamiento a una verdadera revolución cultural y antropológica. Cuando en la patria de los derechos humanos, en medio de un entorno de bienestar y opulencia, los responsables políticos se lavan las manos ante las periferias humanas internas o externas, ante la dramática situación de los desheredados de la Tierra, que con insistencia y desesperación llaman a sus puertas, y prefieren mirar para otro lado, algo nos indica que no lo estamos haciendo bien.

A las puertas de cumplirse el 1er aniversario de la publicación de la encíclica «Laudato si»,  (encíclica dirigida a los cristianos y a toda la familia humana, a favor del cuidado de la casa común y de la vida y en favor de un desarrollo respetuoso con la creación y los más necesitados), presentamos un análisis-reflexión en torno a la encíclica papal realizado por Cáritas España y «Enlázate por la justicia» y publicado en la revista Cáritas en julio/agosto del 2015, titulado «Laudato si,  Francisco y el cuidado de la creación».

Y con ello un aliento solidario y esperanzado a todos cuantos inspirados por horizontes de grandeza se esfuerzan y trabajan, desde las más modestas instancias, en la construcción de una sociedad más justa y a favor de un mundo mejor.

«El entorno humano y el medio ambiente natural se deterioran a la vez. No podemos luchar contra la degradación ambiental si no atendemos a las causas relacionadas con la degradación humana y social»

«Los seres humanos, aunque sean capaces de lo peor, son también capaces de elevarse por encima de ellos mismos, eligiendo otra vez aquello que es bueno y poner en marcha un nuevo comienzo»

Se nos convoca a asumir un nuevo estilo de vida que ayude a cambiar unas estructuras económicas injustas y excluyentes que expulsan a los más desfavorecidos hacia las más diversas periferias humanas, sociales, económicas, culturales y a recuperar nuestra responsabilidad ante los demás y el mundo. A construir una sociedad nueva en la que superemos la situación de injusticia ecológica global que padece nuestro mundo en el que predominan la pobreza, la desigualdad y la injustica»

El trágico deterioro ecológico en el que estamos inmersos y las causas que apuntan no sólo a la inconsciencia humana sino al paradigma económico y tecnológico que da prioridad al máximo beneficio. Unos poderes económicos, financieros y políticos, que están supeditados a los intereses de una economía de mercado entendida como un absoluto y que provoca todo tipo de descartes. Una deriva que desemboca en una injusticia global del sistema que repercute de forma dramática en las víctimas más vulnerables del planeta.

La Humanidad tiene posibilidades de salir adelante de manera creativa. Es posible y necesario llevar a cabo una verdadera revolución cultural y antropológica que plantee una redefinición del progreso.

«LAUDATO SI» FRANCISCO Y EL CUIDADO DE LA CREACIÓN
REFLEXIÓN DE CÁRITAS Y DE «ENLÁZATE POR LA JUSTICIA» SOBRE LA ENCICLICA
Análisis y reflexión

«Laudato si» («Alabado seas») es el título de la segunda encíclica del papa Francisco, firmada el 24 de mayo, y presentada en junio de 2015. El nombre de la encíclica está tomado del Cántico de las criaturas de Francisco de Asís en donde una de sus estrofas dice:
«Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sustenta, y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba»

La primera encíclica del papa Francisco, «Laudato si» nos ofrece a los cristianos y a toda la familia humana un camino de esperanza en el cuidado de la casa común, de la vida.

Para Cáritas y otras organizaciones de Iglesia que trabajan en el ámbito de la cooperación, «Laudato si» (Alabado seas, en su traducción al español) refleja todos aquellos males de los que somos testigos en las comunidades vulnerables de todo el mundo, pero también es un aliento profético para continuar nuestra labor a favor de un desarrollo respetuoso con la creación y los más pobres.

Una inspiración para Cáritas

La encíclica aborda aspectos clave del trabajo de Cáritas en todo el mundo, como son el medio ambiente, la explotación laboral, la agricultura y la desigualdad social. «Nunca hemos herido y maltratado tanto nuestra casa común como en los últimos doscientos años» escribe el papa Francisco en la carta. «¿Qué clase de mundo queremos dejar a quienes vienen después de nosotros, a los niños que están creciendo ahora?», se pregunta el Santo Padre.

Para el presidente de Cáritas Internationalis y arzobispo de Manila, cardenal Luis Antonio Tagle, «el Papa nos está invitando a todos a reflexionar sobre esta realidad. Él nos convoca a asumir un nuevo estilo de vida para cambiar las estructuras económicas que han causado tanto daño y a recuperar nuestra responsabilidad por los demás y el mundo. Laudato si' inspirará el trabajo de las organizaciones Caritas en todo el mundo en los próximos años».

«El entorno humano y el medio ambiente natural se deterioran a la vez. No podemos luchar contra la degradación ambiental si no atendemos a las causas relacionadas con la degradación humana y social», señala el Papa. «Cada enfoque ecológico necesita incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los pobres y los desfavorecidos».

Pero «Laudato si» es, sobre todo, un mensaje de esperanza y una llamada a la acción. «No todo está perdido. Los seres humanos, aunque sean capaces de lo peor, son también capaces de elevarse por encima de ellos mismos, eligiendo otra vez aquello que es bueno y poner en marcha un nuevo comienzo», asegura Francisco.

Reflexión de «Enlázate por la Justicia»

Así lo entienden Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES, organizaciones católicas de cooperación al desarrollo e impulsoras de la iniciativa «Enlázate por la Justicia».

ambiente degradado

Ellas consideran que «esta encíclica ilumina la situación de injusticia ecológica global que padece nuestro mundo en el que predominan la pobreza, la desigualdad y la injustica» y que «su aliento les sirve para sumar esfuerzos y para avanzar en la construcción de una sociedad nueva que se encamina hacia un cambio que es posible».

Sólo el testimonio de un amor verdadero y comprometido puede cambiar lo existente. Por eso es necesario actuar como Jesús, estar cerca de los que sufren, ser sensible a su situación, preocuparse por las personas concretas, en particular las que ven burlados y pisoteados sus derechos más elementales, secar las lágrimas de los rostros de los que son golpeados por el hambre y la discriminación. A cada uno de nosotros nos corresponde encontrar la manera y el camino para amar a los otros como Jesús nos ama.
Gustavo Gutiérrez

«No entendemos esta apuesta como un hecho puntual, ligada al momento presente, sino que forma parte de un marco de trabajo común y continuado, sobre el que centraremos en los próximos años nuestras prioridades de acompañamiento a los más pobres», dicen estas organizaciones en un comunicado conjunto, que reproducimos a continuación:

«Afirmamos, con el Papa, la necesidad de acometer un esfuerzo común de todas las personas, como familia humana universal, y de la sociedad civil y los poderes internacionales para alcanzar un consenso mundial que frene el deterioro global del planeta.

Nos unimos a la denuncia que hace Francisco sobre el trágico deterioro ecológico en el que estamos inmersos y las causas que apuntan no sólo a la inconsciencia humana sino al paradigma económico y tecnológico que da prioridad al máximo beneficio utilizando, para ello, todo lo creado como simples objetos sin valor por sí mismos. Y nos anima su crítica a la alianza establecida entre dicho paradigma y unos poderes económicos, financieros y políticos, que están supeditados a los intereses de una economía de mercado entendida como un absoluto y que provoca todo tipo de descartes.

Ante los continuos llamamientos urgentes a las instancias políticas, económicas y financieras para detener esta situación, la respuesta que se ha articulado en el marco de las múltiples cumbres sobre desarrollo sostenible y cuidado medioambiental ha sido siempre insuficiente, débil e ineficaz. Muchas veces, no se han arbitrado las soluciones adecuadas por negligencia, por miedo a la pérdida de votos, por indiferencia o por la fuerza de los intereses de las grandes potencias y los países ricos. Esta falta de voluntad a la hora de atajar el problema de raíz, genera una injusticia global del sistema que repercute de forma dramática en las víctimas más vulnerables del planeta».

Desde nuestra fe en un solo Dios, creador amoroso del universo y Padre de toda la familia humana, y desde nuestra decidida opción por los últimos a los que nos llama el Evangelio de Jesucristo, subrayamos algunos aspectos de «Laudato si» con los que nos sentimos especialmente identificados:

  • La naturaleza como «creación», como don de Dios para el mundo en el que los bienes creados tienen un «destino universal» y la propiedad privada no es un derecho absoluto.
  • La íntima unión existente entre los problemas de la ecología y la justicia.
    La promoción de la cultura del diálogo y del encuentro en todas las instancias, necesario para conseguir el desarrollo equitativo y la paz.
  • El hecho de que «todo está conectado» y, por tanto, los problemas de la vida son también problemas de la Humanidad y, especialmente, de las personas y pueblos más vulnerables.
  • La dignidad del trabajo como parte esencial de la armonía ecológica del conjunto.
  • El papel de la familia y las pequeñas comunidades en la construcción de una sociedad que cuida de las personas y de los recursos para favorecer el desarrollo integral de todos los miembros de la familia humana.
  • El Bien Común como tarea urgente a nivel internacional e interdisciplinario, para evitar que caigan sobre los más pobres las cargas injustas de la «deuda ecológica».
  • El deterioro medioambiental que afecta a los más pobres (personas desplazadas, inmigrantes, refugiados, barrios pobres, campesinado sin tierra, comunidades aborígenes, entre otros) y los problemas que, sobre todo en la Amazonia y en África, se derivan de la crisis hídrica.

Manifestamos nuestra confianza por un futuro diferente y positivo, convencidos de que el Creador no nos abandona y que la Humanidad tiene posibilidades de salir adelante de manera creativa, poniendo la inteligencia al servicio de una economía humana alternativa y una ciudad más habitable.

Como Francisco, creemos que los pequeños gestos cotidianos son capaces de cambiar las cosas y de generar una importante presión social ante los intereses de los poderosos. Apostamos por un modelo alternativo de progreso y de desarrollo basado en la sobriedad, la simplicidad, el respeto a la tierra, y la capacidad contemplativa y relacional. Todos estos aspectos forman parte de una auténtica espiritualidad cristiana.

Estamos convencidos de que es posible y necesario llevar a cabo una verdadera revolución cultural y antropológica que, partiendo de las preguntas esenciales sobre el sentido de nuestra existencia como Humanidad en el planeta Tierra, plantee una redefinición del progreso.

Desde nuestra fe cristiana, y nuestra visión de la Creación como obra de Dios, declaramos nuestra voluntad de sentir y amar a todas las criaturas como don suyo y de vivir la pasión por el cuidado del mundo, especialmente de los más débiles.

Con la misma convicción mostrada por el Papa Francisco en su primera encíclica, creemos que las cosas pueden cambiar si somos capaces de aunar todos los esfuerzos posibles, junto a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, en el compromiso transformador de este mundo, en la justicia y la fraternidad, según los planes de Dios para el universo.

«Laudato si» nos reafirma en la certeza de que «el amor puede más», un amor manifestado en una justicia enlazada para construir y defender la dignidad de los más débiles y vulnerables [personas y pueblos] de la tierra».

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Fuente: Revista Cáritas. Julio-agosto 2015

Veure també: «Lloat sigueu»


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