¿Sirve para algo la educación platónica en el siglo XXI?
Qué puede aportarnos hoy Platón a los educadores y ciudadanos, hombres y mujeres del s. XXI?
Recuperamos una sustanciosa entrevista titulada “¿Sirve para algo la educación platónica en el siglo XXI? “, cuyo contenido en muchos de sus extremos de fondo no pierde actualidad.
En el enfoque actual de la educación hay algo que no funciona. Falta consenso en cuanto a la orientación y las metas que debe perseguir una buena educación.
Para el mundo educativo la pregunta clave debería ser: ¿qué nos hace más humanos? Porque podemos ser muy inteligentes en teoría, pero ineptos para la vida.
- Platón propone despertar capacidades más que acumular saberes.
- Lo que propone el pensamiento platónico es formar seres humanos libres, con una verdadera capacidad para elegir, para diferenciar lo secundario de lo principal.
- Para Platón, lo que nos hace humanos es nuestra capacidad de dar dirección y sentido a lo que hacemos, es decir, de ser proactivos y no instintivos.
- Para ello según Platón, sería interesante desarrollar cuatro cualidades: templanza, fortaleza, prudencia y justicia.
- El modelo propuesto por el filósofo griego despierta el valor intrínseco que cada uno tiene. No se trata de amansar el carácter, sino de desarrollar la capacidad de decidir y de construir las propias metas en consonancia con la naturaleza, con la vida y con los demás, es decir, con el orden natural de las cosas.
- Se trata de desarrollar la capacidad de elevación del alma tomando posesión de la personalidad, es decir, la voluntad sobre el cuerpo, entendido como el conjunto de nuestra personalidad. Esto nos aportará orden, disciplina, voluntad y esfuerzo. Es lo que permite al individuo trabajar su personalidad y parecerse a lo que desea ser.
- El individuo platónico no nace, sino que se hace. El individuo bien educado es aquel que ha tomado posesión de sí mismo y se ha armonizado, es una conquista de la propia conciencia.
- Para Platón la educación no nos tiene que proporcionar tanto ideas o conceptos, sino que tiene que servir para que toda nuestra naturaleza sea capaz de mirar en la dirección del Bien, un valor absoluto que se reflejará en los arquetipos o ideales de lo Bello, lo Justo, lo Bueno, lo Verdadero.
- Una idea esencial en el pensamiento platónico es la importancia del sentido de la vida y los valores: como individuo, tengo que tener una razón de vida. Si mi razón de vida es divertirme únicamente, tiene unas consecuencias determinadas. Si mi razón de vida es tener la capacidad de dominar a otros, tiene otras consecuencias determinadas.
- Otras cuestiones no menores: quiénes educan (características de los educadores), para qué (finalidades de una auténtica educación y no solamente mera enseñanza) y cómo (metodologías)
- El individuo adquiere modelos de forma inconsciente. Un pilar esencial en la educación es el ejemplo, porque es lo que hace creíble lo que verbalizamos, y lo que crea modelos a seguir. ¿Nos hemos parado a pensar qué tipo de ciudadanos estamos forjando a través de los "modelos" no siempre suficientemente edificantes que nos ofrece por doquier una sociedad plural y diversa pero predominantemente, materialista, consumista, utilitarista, manipuladora, opresora, explotadora, competitiva, violenta?
Por Esmeralda MERINO
La carencia de eficacia de algunos sistemas educativos propuestos en los últimos años es algo evidente, así como la falta de consenso en cuanto a las metas que debe perseguir una buena educación. Platón propuso su fórmula ideal educativa en la Grecia clásica. ¿Tiene alguna utilidad 2400 años después de haberla planteado?
Entrevistamos hoy a Miguel Ángel Padilla, filósofo, experto en coaching y vicepresidente de Cultura de UNESCO Málaga Prodiálogo. También es presidente de la Red Internacional Ética Universal y director de la organización Nueva Acrópolis en Málaga. En los cientos de conferencias que ha dictado en España y Portugal ha tratado sobre temas de filosofía, antropología, civilizaciones antiguas y arte. Hoy nos habla sobre la actualidad de la educación platónica.
¿De verdad está de actualidad la filosofía de Platón?
-
La sorpresa para todos los que nos acercamos a su filosofía es que el
planteamiento que hizo Platón hace 2500 años fue tan atemporal que hoy
se está empezando a redescubrir, porque es evidente que en cuestión de
educación necesitamos cambiar algunas cosas. Platón nos puede aportar la
posibilidad de mejorar el mundo a través de la educación. No en vano,
fue un precursor de la enseñanza universal, la escuela pública y los
jardines de infancia. Aunque la mayoría de la gente piensa que Platón se
centró mucho en la política, paradójicamente, La República es uno de
los tratados de educación más extensos y profundos que se han escrito a
lo largo de la historia.
¿Cree usted que Platón y nuestro siglo XXI persiguen lo mismo? ¿Cuál sería la finalidad de la educación?
-
En la Grecia clásica era el concepto de paideia, que aúna dos factores:
educar, que significa instruir, y educir, que presupone que hay un potencial dentro del ser humano y que el educador tiene una
responsabilidad importante a la hora de ayudar a sacar ese potencial.
Paideia engloba cultura, identidad civilizatoria y la idea de
transmisión del patrimonio cultural como herencia. Tal vez nosotros sí
tendríamos que replantearnos la finalidad de la educación.
Miguel
Ángel Padilla considera que una de las dificultades de hoy para aprender
es la motivación, ya que no es lo mismo obligar a aprender algo que
registrar ese algo en la conciencia. Por eso valora la preferencia de
Platón por despertar capacidades más que acumular saberes; con este
objetivo adquiere importancia la habilidad de hacer nacer en el educando
el amor por el conocimiento y el espíritu de superación.
¿Por qué tenemos que mejorar en educación nosotros?
-
En el enfoque actual de la educación hay algo que no funciona. Habría
que ver hasta dónde es útil acumular información sin más. Hay muchos
factores que en lugar de propiciar el desarrollo de nuestras facultades,
lo que hacen es volvernos más inconscientes, con menos capacidad de
decisión. Lo que propone el pensamiento platónico es formar seres
humanos libres, con una verdadera capacidad para elegir, para
diferenciar lo secundario de lo principal. Platón divide la
naturaleza humana en una parte biológica, una psique o alma (que el individuo tiene que transformar con las herramientas adecuadas) y una
parte superior o nous (el espíritu). El problema está en que dentro de
la psique humana hay tres áreas en conflicto y no están armonizadas de
forma coherente, que son los impulsos instintivos, las emociones y la
razón. Para Platón, lo que nos hace humanos es nuestra capacidad de dar
dirección y sentido a lo que hacemos, es decir, de ser proactivos y no
instintivos.
¿Y hay alguna fórmula para conseguir esto?
-
Pues, según Platón, sería interesante desarrollar cuatro cualidades. Con
la primera de ellas, la templanza, podríamos controlar nuestros
impulsos e instintos utilizando la voluntad. Precisamente, uno de los
déficits actuales de nuestros niños (y mayores) es la falta de
autocontrol. Potenciando la segunda, la fortaleza, seríamos capaces de
soportar los embates de la vida y transformarlos en oportunidades de
crecimiento. Desarrollando la tercera, la prudencia, aumentaríamos la
capacidad de distinguir lo esencial de lo secundario. Y el culmen sería
conseguir la cuarta, la justicia que lo armonice todo, una justicia con
nosotros mismos, que nos permita dar al cuerpo, a las emociones y a la
mente lo que corresponde a cada una según su naturaleza y de imaginarnos
en nosotros mismos la parte mejor. Lo interesante de Platón es que
realmente es universal, habla de unos valores universales.
Para
nuestro experto en Platón, el modelo propuesto por el filósofo griego
despierta el valor intrínseco que cada uno tiene, porque no se trata de
amansar el carácter, sino de desarrollar la capacidad de decidir y de
construir las propias metas, por lo que se aleja de una sociedad de
conformistas. Hace notar que, socialmente, las cosas posibles hoy fueron
imposibles para quienes las soñaron y, aunque ellos lo sabían, no por
eso dejaron de intentar conseguirlas, porque pensaban en las
generaciones futuras. Esas metas, puntualiza el profesor Padilla, tienen
que estar en consonancia con la naturaleza, con la vida y con los
demás, es decir, con el orden natural de las cosas.
¿Existe algún método platónico que sea aplicable hoy a la enseñanza?
-
Sí, y además, Platón lo plantea de forma muy sencilla. Él dice que hay
que basar la educación en dos elementos: la música, como capacidad de
elevación del alma, de poder ascender hacia la fuente de esas
cualidades, y la gimnasia, como un descenso del alma tomando posesión de
la personalidad, es decir, la voluntad sobre el cuerpo, entendido como
el conjunto de nuestra personalidad. Esto nos aportará orden,
disciplina, voluntad y esfuerzo (palabras que hoy se oyen poco). Es lo
que permite al individuo trabajar su personalidad y parecerse a lo que
desea ser. A veces nos damos cuenta del despilfarro de capacidades y
energías que se da en nuestros jóvenes, justamente porque no tuvimos el
acierto de enseñarles cómo canalizarlas.
Pero el mundo de Platón no es el mundo de hoy. ¿Es que no
hemos avanzado lo suficiente? Muchas corrientes de investigación han
estudiado la inteligencia humana y sus múltiples facetas. ¿No está
desfasado el pensamiento platónico respecto a estos estudios?
-
La pregunta clave es: ¿qué nos hace humanos? Porque podemos ser muy
inteligentes en teoría pero ineptos para la vida, simplemente por no
saber manejar nuestros miedos o nuestros desórdenes emocionales. De
hecho, cada vez se habla más de la inteligencia ejecutiva, que es la que
hace hincapié, precisamente, en la capacidad de autocontrol, de
disciplina, de ese impulso de realización que se proyecta en la toma de
decisiones y en la capacidad de elaborar las propias metas, o sea,
bastante cerca de lo que Platón propone.
Usted ha mencionado que política y educación no están muy lejos en el pensamiento platónico. ¿Puede darnos más detalles?
-
Platón otorga muchísima importancia a la organización del Estado, pero
la clave está en que debe hacerse partiendo de individuos. Y el
individuo platónico no nace, sino que se hace. Se nace persona, sí, y
por lo tanto, todos merecen la dignidad que implica esta condición. Pero
el individuo, es decir, aquel que ha tomado posesión de sí mismo y se
ha armonizado, es una conquista de la propia conciencia. Eso es lo que
realmente puede construir una sociedad armónica. Platón plantea que en
la medida en que haya una justicia individual y una ética individual,
puede llegar a darse una ética social y una justicia social. Voluntad,
amor e inteligencia constituirían la tríada indisoluble para guiar el
proceso de educación y no descompensarlo.
¿Y qué hay de los conceptos abstractos que a veces asociamos
con Platón? ¿No le alejan un poco de nosotros, inmersos en la vorágine
de nuestras ciudades?
- En realidad, lo que plantea Platón
es que la educación no nos tiene que dar tanto ideas o conceptos, sino
que tiene que servir para que toda nuestra naturaleza sea capaz de
girarse y empezar a mirar en la dirección del Bien, un valor absoluto
que se reflejará en los arquetipos o ideales que Platón llama lo Bello,
lo Justo, lo Bueno, lo Verdadero. Esto implica una posibilidad práctica
en todo momento, también hoy.
Nuestro entrevistado hace notar que
Platón no solo habla de diferentes niveles de educación, sino también
de diferentes grados de responsabilidad, exigiendo el mayor a los
gobernantes. Ellos tendrían que ser los mejores, y por eso, en su sueño
educativo plantea la necesidad de una especie de universidad, no para
los políticos, sino para todos, con una educación gratuita y universal
mediante la que cada uno desarrolle su potencial y elija lo que
realmente le guste hacer, con igualdad entre hombres y mujeres. Todo
esto, propuesto hace 2400 años.
¿Qué otras ideas platónicas destacaría usted en cuanto a la forma de educar?
-
Una idea esencial en el pensamiento platónico es la importancia del
sentido de la vida, es decir, el marco existencial donde se encuadra
nuestro comportamiento, porque todo lo que nosotros hacemos es el
reflejo del sentido que le damos a la vida. Y los valores también son
una consecuencia. Los valores nacen de una cosmovisión, de una
explicación del sentido de la vida donde yo, como individuo, tengo que
tener una razón de vida. Si mi razón de vida es divertirme únicamente,
tiene unas consecuencias determinadas. Si mi razón de vida es tener la
capacidad de dominar a otros, tiene otras consecuencias determinadas.
Platón
también da importancia a la potenciación del orden en las ideas, a la
visión humanística, al desarrollo de la imaginación como herramienta
para manejar la analogía (que es la que nos permite extraer enseñanzas
de la Naturaleza) y a la capacidad de reflexión y diálogo interior (la
metacognición). Otra cosa que tampoco sabe mucha gente es el valor
esencial que le daba Platón a los juegos y bailes.
¿Y qué tipo de especialistas serían, entonces, los que educan?
-
Como dice un proverbio africano, “Para educar a un individuo es
necesaria la tribu entera”. ¿Que quiénes educan? Ese quiénes va unido a
para qué. Si observamos nuestro sistema educativo, todo el sistema de
cualificación nos dirige a ser individuos en un sistema productivo. Pero
¿solo educa el profesor en el colegio o los padres en casa? No.
Cualquier niño recibe mucha más endoculturación a través de la
televisión, el ordenador, Internet o del entorno que lo que pueda
recibir del profesor o de los padres.
Platón dedica varios libros
dentro de La República a explicar la importancia de la poesía y de la
música en la educación. ¿Por qué? Porque el individuo adquiere modelos
de forma inconsciente. La poesía para Grecia era el equivalente a lo que
hoy es el cine. ¿Nos hemos parado a pensar qué es lo que se está
forjando a través de los modelos que da nuestra sociedad? Nos atrevemos a
legislar que no se puede poner tabaco en los escaparates porque incita
al consumo y no se nos ocurre pensar a qué incita la cantidad de
violencia que estamos consumiendo.
Entonces, para finalizar, en su opinión, ¿sería aconsejable un retorno a los planteamientos platónicos?
Sería
una buena decisión, pero para producir cambios, hace falta que los
promuevan hombres y mujeres libres, que prefieran ser ricos en dignidad,
aunque les suponga un empobrecimiento aparente. Un pilar esencial en la
educación platónica es el ejemplo, porque es lo que hace creíble lo que
verbalizamos, y lo que crea modelos a seguir. Para Platón, el Estado
solo tiene sentido si es capaz de articular los mecanismos para que las
generaciones futuras recojan el potencial que les permita realizarse
como individuos. Eso convierte la educación casi en un sacerdocio, en
algo bellísimo, en un arte y a la vez en una ciencia, pero que exige
mucha responsabilidad. Si siguiendo a Platón, educamos el cuerpo y
educamos el alma, estamos asegurándonos un bienestar social y un
porvenir donde no cabe que unos exploten a otros. Esa educación se
reflejará en buenas costumbres que harán innecesarias muchas leyes y
restricciones del futuro.
Són temps per a «construir» junts...
Tu també tens la teva tasca...
Si comparteixes els valors que aquí defenem...
Difon aquest lloc !!!
Contribuiràs a divulgar-los...
Son tiempos para «construir» juntos...
Tú también tienes tu tarea...
Si compartes los valores que aquí defendemos...
Difunde este sitio !!!
Contribuirás a divulgarlos...