Viaje indiscreto al interior de la mente.
Collage mental
Nuestra naturaleza nos impulsa hacia la plenitud, nos impele hacia el absoluto. Estamos hechos así. Así estamos constituidos y esa es nuestra condición. Ese es nuestro destino. Por otra parte, nuestra mente está continuamente
actuando, funcionando, atareada. Sin embargo, sus contenidos están condicionados por multitud de factores. Nuestra mente se nutre de infinidad de informaciones, conscientes unas, inconscientes otras. Una gran parte
de los “habitantes” que pueblan nuestra mente dependen de nuestros intereses, de nuestros afectos por determinadas cosas, de las cuestiones en las que nuestra estructura mental personal focaliza su atención. Qué habita
en nuestra mente, con qué la alimentamos, en qué ocupamos nuestra actividad psíquica, qué es lo que pre-ocupa y ocupa cotidianamente nuestra mente, qué contenidos le ofrecemos a nuestro cerebro como materia prima para
funcionar? Con qué tipo de “materiales” alimentamos, nutrimos, nuestro pensamiento?
El ser humano siente necesidad de transcenderse a sí mismo. El hombre es un ser en busca de sentido.
Muchos adultos, absortos en sus quehaceres tienden a ignorar –o a percibir como ajenos- valores, cuestiones y temas de capital importancia.
Nuestro cerebro se suele enfrentar a la realidad con una idea previa, con una expectativa de lo que se imagina puede realizar.
El gran reto de la vida es saber a qué dedicar la atención, a qué cosas prestarles la debida atención para nuestra felicidad, a cuestiones que nos llenan, que nos hacen realmente felices.
El hombre está siempre orientado hacia algo que él mismo no es. El hecho mismo de ser hombre va más allá de uno mismo. El ser humano siente necesidad de transcenderse a sí mismo. Esta necesidad de trascendencia, de ir
siempre más allá de lo que uno es, de ir en busca de sentido de lo que uno vive y de lo que uno hace, constituye la esencia de la existencia humana.
La educación de hoy es más que nunca una educación para la responsabilidad. Ser responsable significa ser selectivo.
Nos desbordan los estímulos de la realidad, del ambiente, de los medios de comunicación social. Si no queremos hundirnos en la marea de todos estos estímulos, en ese total revoltijo, tenemos que aprender a distinguir
lo que es importante y lo que no lo es, lo que tiene sentido y lo que no lo tiene, de lo que se puede uno responsabilizar y de lo que no. El hombre es un ser en busca de sentido.
Víctor Frankl
Introducción
No hace demasiado tiempo en uno de los grupos de personas adultas con las que trabajo les propuse como actividad que indicaran 2ó3 cuestiones que les preocuparan o considerasen relevantes de entre las ocurridas en el último año en España. Entre las cuestiones destacadas por una gran parte de ellas figuraban algunos de los “sucesos” acontecidos en el último año y aireados por los medios de comunicación y también algunos otros más propios de la prensa del corazón. Tan sólo un número reducido de personas destacó cuestiones de mayor calado de entre las acontecidas a nivel nacional o que les afectaran más directamente.
Todos en nuestro trato diario entramos en relación con muchas personas, personas de muy diverso tipo y condición. Desde un punto de vista mental, cada una con su mundo, su realidad personal, sus preocupaciones, sus sueños, anhelos e inquietudes. Desde un punto de vista psicológico y mental una cuestión llama poderosamente la atención: el universo mental de cada persona, las realidades que pueblan su mente, su contenido, las cuestiones que pre-ocupan y ocupan la actividad psíquica de cada una de ellas. Un conjunto de sentimientos, afectos, ideas, sueños, inquietudes, proyectos, ilusiones… pululan por su mente, nutren su actividad mental, ocupan su actividad psíquica.
Las fuentes de donde bebe, de donde se nutre nuestra mente son muy diversas. A las preocupaciones propias de las circunstancias y situaciones personales, le sumamos las presentes en el ambiente social propio de cada uno o en la opinión pública, además de las inducidas a veces por la propia agenda mediática. Interesantes estudios demoscópicos nos ilustran sobre cómo influye la opinión publicada en la conformación de las cuestiones y problemas que a través de los sondeos demoscópicos afirman preocupar a los ciudadanos en un período temporal concreto, en los estados de opinión de la ciudadanía. Hay cuestiones de mayor calado que permanecen y otras que se esfuman con el tiempo. Esos estudios nos muestran cómo cuestiones que en un momento determinado ocupan los primeros puestos en el ranking de preocupaciones de los ciudadanos desaparecen prácticamente de la preocupación mayoritaria pasado un cierto tiempo. En nuestra experiencia diaria también podemos observar cómo una gran parte de la población tiene ocupada su mente con cuestiones que para la persona concreta sin duda son las más importantes, las que le pre-ocupan y ocupan, pero que desde la mirada objetiva de un observador externo una parte de ellas no dejan de ser sino cuestiones intrascendentes objetivamente, algunas incluso triviales, banales y a menudo alejadas de los grandes temas que burbujean en el ambiente; constatación que denota la dificultad de parte de la población adulta para percibir las cuestiones de calado presentes en el ambiente.
A menudo podemos comprobar como muchos adultos, ajetreados por la cotidianeidad, absortos en sus quehaceres, sumidos en sus preocupaciones diarias tienden a ignorar –o a percibir como ajenos- valores, cuestiones y temas de capital importancia. Podemos observar como, el público en general está tan preocupado por sus asuntos particulares que a menudo presta escasa atención a las cuestiones y problemas que trascienden el terreno personal, su mundo particular.
Inducidos mediáticamente: el papel de los medios de comunicación
Sin duda uno de las fuentes de donde se nutre nuestro cerebro son los grandes medios de comunicación de masas. La forma de tratar y ofrecer la información influye en la conformación de nuestra mente. Los medios de comunicación suministran mucha información, seleccionada y estructurada previamente, que es percibida por nuestro cerebro y que ejerce gran influencia en la conformación de los contenidos mentales. Veamos, por ejemplo, qué ocurre con los telediarios. Los sucesos ganan terreno en los telediarios. “Les encantará. Suicidios. Asesinatos. Robos. Atracos. Colisiones de automóviles. La hora de la muerte”. Estas palabras de un responsable de informativos ponen de relieve hasta qué punto los sucesos han formado parte siempre de las noticias en televisión. Sin embargo, pocas veces ha habido tantos sucesos en los telediarios como ahora, al menos en España.
Un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid acaba de concluir que los sucesos no sólo ocupan cada vez más espacio en los telediarios de todas las cadenas españolas, sino que al mismo tiempo van ganando posiciones para acercarse cada vez más a la parte más noble de los noticiarios, sus primeros minutos.
La primera conclusión de ese estudio es el aumento del tiempo total dedicado a la información de sucesos. En términos relativos, los sucesos han pasado de ocupar el 15% de los telediarios en 1994 al 30,8% en el presente año. Otra de las conclusiones del estudio es que, en contra de lo que podría parecer, “el suceso no es una realidad impuesta al periodista, sino que es el informador quien lo va buscando. También resulta relevante el incremento de “testimonios intrascendentes”, que no aportan dato alguno, en detrimento de las fuentes informativas.
Cómo funciona nuestro cerebro
Nuestro cerebro «procesa» cantidades ingentes de información. El cerebro procesa 400.000 millones de bits de información por segundo. Pero solo somos conscientes de 2.000 de ellos. Nuestro conocimiento de esos 2.000 bits de información se relaciona sobretodo con el medio ambiente, nuestro cuerpo, el tiempo... Lo único que vemos, (es decir, de lo que realmente somos conscientes), es tan sólo la punta del iceberg. Estamos bombardeados por cantidades enormes de información. Esta información entra en nuestro cuerpo y la procesamos. En ese procesamiento esa información la vamos filtrando más y más…y vamos desechando la no relacionada con nuestro interés. Nuestro cerebro actúa selectivamente. Finalmente, de todo lo percibido por nuestro cerebro solamente nos quedamos con aquello que nos sirve mejor, aquello que mejor se adecua con nuestros intereses.
Nuestro cerebro se suele enfrentar a la realidad con una idea previa, con una expectativa de lo que se imagina puede realizar, de lo que quisiera hacer en un futuro; nuestro cerebro tiene la capacidad de imaginarse, representarse, el futuro (prospección). Imagina lo que le gustaría realizar en el futuro y luego busca los medios para conseguirlo.
Un cerebro en el que cabe todo. El cerebro está lleno de cosas que vemos, que percibimos, de informaciones diversas: ideas, imaginaciones, sueños, actividades como hablar, entender, acordarnos...un conjunto de capacidades que lo llenan hasta rebosar... El cerebro tiene muchas más informaciones dentro, además de las que nos son conscientes. El cerebro percibe la información objetiva de la realidad, aunque no siempre da acceso consciente a toda esa información. No sabemos realmente todo lo que hay dentro de nuestros cerebros porque realmente no somos conscientes de toda ella. Lo consciente es solamente una parte muy pequeña de todo lo que hay en el cerebro. El cerebro está usando toda la información tanto consciente como inconsciente.
Jerarquizar los intereses… priorizar la atención. Dentro de nuestro cerebro caben muchas, muchísimas cosas… caber caben todas. Ahora bien, uno de los grandes retos para cada uno de nosotros es saber a qué dedicar preferentemente nuestra atención en un momento dado, a qué cosas de las que hay dentro de nuestro cerebro prestar atención. El gran reto de la vida es saber a qué dedicar la atención, a qué cosas de las que hay en nuestro cerebro prestarles la debida atención para nuestra felicidad, a cuestiones que nos llenan, a cuestiones que nos hacen realmente felices, porque corremos el riesgo de que nuestro cerebro preste atención a cuestiones banales, secundarias, a cuestiones que no nos llenan, que no nos hacen felices. Hemos de aprender a establecer prioridades, aprender a qué cosas vale realmente la pena prestar atención. Aprender a prestar atención de forma consciente a aquellas cosas que realmente nos van a hacer felices...
Nuestro gran reto es aprender a prestar atención a las diversas cosas que ocupan nuestro cerebro. Se trata de ir aprendiendo cómo conseguir dedicar las capacidades de nuestro cerebro para prestar atención, de forma consciente, a aquellas cosas que intuimos que realmente nos van a hacer felices... Eso es lo que realmente debería acabar siendo prioritario para una persona, descubrir lo que acaba siendo prioritario para la realización de una vida plena... Si cada uno de nosotros somos capaces de guiar nuestro cerebro para hacer eso habremos avanzado mucho humanamente.
El cerebro tiene la capacidad para dirigir sus recursos a las distintas cosas- cuestiones que ocupan nuestra mente, según conviene en cada momento… En eso consiste precisamente nuestra tarea existencial, nuestro gran reto como humanos: aprender a qué cosas vale realmente la pena prestar atención... a qué dedicarle recursos... qué priorizar en cada momento.
¿Y tú, qué «procesas» en tu mente?
A menudo ocupamos nuestra mente con pequeñeces, minucias insignificantes, cuando no con “pasatiempos” banales y estériles… nos distraemos con lo más “divertido, entretenido, ameno, grato” de nuestro entorno. Así a veces nos pasan desapercibidos cuestiones y temas de capital importancia.
Qué parte de la realidad introducimos en nuestra mente? Qué parte de esa realidad nos interesa? Cuáles son los aspectos por los que realmente nos interesamos? En qué ocupamos nuestra mente? Qué ronda por nuestra cabeza? Cuáles son nuestros intereses? Qué intereses, aspiraciones, deseos, anhelos, inquietudes, nos “pre-ocupan” y “ocupan” nuestra mente?
Y eso por lo cual nos interesamos…nos satisface, nos colma, nos llena? Eso realmente colma, llena, satisface tus ansias, tus aspiraciones, tus anhelos o inquietudes o solamente te mantiene ocupado, distraído, entretenido, alienado, disperso?
Un mundo plural y diverso. Ahí afuera hay mucha variedad, diversidad, pluralidad… una gran diversidad, disparidad, sugerencias… estilos de vida diferentes… ….. hay mucho entre lo que elegir…
La fauna es muy amplia: …falsos estereotipos, modelos evanescentes, aprendices de líderes, guías descaminados, estrellas mediáticas, charlatanes, vocingleros… pero tú no te dejes embaucar por «ofertas» engañosas, vacías
de contenido. Despierta de tu somnolencia… Abandona la banalidad…
Qué perseguir? Con quién identificarse? ¡Persigue lo valioso…! Indágalo, Búscalo… Escudríñalo… Encuéntralo….
Idea y adaptación, a partir del programa “Singulars” de TV3: Álvaro Pascual-Leone (III), catedrático de Neurología en Harvard y otros materiales.
Ver también: QUÉ PERSEGUIR.SWF