Una entrañable historia de autoconocimiento, superación y resiliencia
Beatriz Benéitez Pérez, adoptada, abogada y mediadora por vocación, especialista en infancia y familia por adopción y acogimiento
Una entrañable historia de esfuerzo, introspección, autoconocimiento, superación personal, resiliencia…
En este mes de noviembre dedicado a la adopción, nos acompaña Beatriz Benéitez, Secretaria de la Voz de los Adoptados, que nos habla de su experiencia vital y de fe. Una historia de vida, una historia de peregrinación, una historia de mirar hacia atrás en el camino que se ha recorrido, con todo el aprendizaje, pero sobre todo mirar hacia adelante en lo que aún queda por recorrer.
Beatriz, abogado, especialista en mediación familiar… como peregrina en el año 2020 haciendo el camino de Santiago por el campo, con unas amigas, con mascarilla, por una promesa hecha para agradecer la curación de su marido… Una conversación íntima y plena dentro del espacio de RTVE: "Últimas preguntas" (transcripción personal).
¿Qué iba a significar el camino de Santiago para su vida personal y su vida de fe?
Empecé a hacer algo por una tercera persona, por una persona que no era yo… fue la primera vez en mi vida que estuve “sola” más allá de la compañía física, sin familia, sin marido, sin hijos, sin padres… y con Dios, solamente con Él, caminando, el suelo por un lado, el cielo por el otro y preguntándote: ¿qué haces aquí?, ¿para qué has venido?, ¿qué buscas? A la pregunta por qué lo haces… por mi marido… a la pregunta para qué… la respuesta la encontré en el camino: para estar conmigo misma, para dar respuesta a mi pregunta quién soy yo, de dónde vengo, para qué estoy aquí…
Para mí el camino fue un renacer, representó un antes y un después en mi vida… Antes del camino era Beatriz, sin ser consciente de quién era Beatriz, y a partir del camino Beatriz siguió siendo Beatriz pero ya siendo “consciente” de quién era realmente Beatriz…, quién era, por qué, para qué, cómo… tuve la fuerza emocional, física, espiritual de hacer el camino, porque ya llevaba un tiempo de trabajo personal, de introspección y con mucho miedo de mirar hacia adentro, porque mirar hacia adentro dolía…
Beatriz cuando tenía dos días su familia biológica no pudo criarla y vinieron sus actuales padres a adoptarla….
Esos 2 días de vida y sus nueve meses de embarazo no son mucho, son demasiado…; demasiado para ignorarlo, demasiado para no tenerlo en cuenta, demasiado para obviarlo, demasiado para negarlo, demasiado para vivir como si no hubiese pasado… ahí estaba yo, había llegado a mis 49 años, sin darme cuenta de cómo había llegado hasta ahí, ayudando profesionalmente a tanta gente, a otras personas y sin haberme parado a mirarme yo, es decir, ¿a ti qué te ha pasado y cómo te ha afectado…? Lo que me había pasado era que había perdido mis raíces, mi identidad biológica y mi gran respuesta a quién soy y de dónde vengo.
El “quién soy” para mi es global: soy Beatriz, vengo de donde vengo aunque no supiese de dónde era y soy de donde soy, también porque yo lo decido, no solamente porque mis padres deciden ser mis padres, sino porque yo también decido ser su hija, eso es recíproco, los afectos van en las dos direcciones, y me duele decirlo pero me sentía su hija sin ser consciente de que me sentía su hija y de por qué, y qué había hecho en mi vida para que esta familia nuestra fuese funcional …
¿Y qué había pasado?... Me había desconectado, yo me había desconectado de mis emociones, me había desconectado de mis dolores, de mis sentimientos… pensar, pienso mucho… demasiado… no me había parado nunca a sentirme … creo que es condición humana, de primero de supervivencia, negar la evidencia y creo que para pasar de la “supervivencia” a la “vivencia” y a la “experiencia” hay que darle permiso a la conciencia… Queda bonito decirlo, pero es muy duro, es fácil decirlo, ¿pero cómo yo tomo conciencia de quién soy, qué me ha pasado, por qué a mí, para qué a mi..?
…y eso fue para mí el camino, fue ese tiempo de estar yo conmigo, entre el cielo y la tierra, Dios y yo en ese diálogo entre los dos y poder dar respuestas a preguntas que ni siquiera me había planteado… porque el “de dónde vengo” desde el punto de vista biológico, genético, yo ya tenía las respuestas desde hacía mucho tiempo, yo ya había hecho mi búsqueda de orígenes y sabía geográficamente, familiarmente, genéticamente… pero ¿y antes?... Y ahí llegó el camino para decirme: estás ahí porque tienes que estar…
... Y en medio de todo esto… dónde estaba Dios, estamos hablando de un encuentro personal, con Dios…?
Estamos hablando de un encuentro realmente consciente con Dios, encuentro ya había tenido antes, pero no me había enterado del todo… a mí me ha costado mucho tiempo y mucha experiencia aprender muchas cosas de la vida… cuando murió mi abuela yo tuve mi primer contacto, mi primera experiencia espiritual, mis primeras palabras personales de Dios y en aquel momento me sirvió para transitar el duelo de la muerte de mi abuela medianamente bien; fue la primera vez que necesité ayuda terapéutica, porque fue la primera vez que conecté con mi primer dolor, con la pérdida de mi abuela inconscientemente mis sentimientos se reconectaron con mi primera pérdida de la que no era consciente, a la que no le prestaba atención, no pasaba nada, todo estaba bien, un episodio de hace ya más de 16 años, aquello me dio impulso para decidir qué hacer con mi profesión, ampliar mi formación para atender a la infancia, la mediación y para hacer búsqueda de orígenes… tuve en eso mi primer impulso… y este (el camino) ha sido el definitivo… es decir: que no te estás enterando, que estoy aquí, que no te das cuenta, que tienes cosas que hacer y una de las cosas que tienes que hacer es contarlo y cuando alguien me pregunta con interés real lo comparto… digamos que ya hacía tiempo que estaba en primera línea pero ahora es ya como la abanderada…
... y lo que quiero contar tiene que ver con mi vida, con mi experiencia personal y tiene que ver con que hay dolores que son invisibles para el resto de la gente, pero son evidentes para quien los sufre, evidentes pero a la vez difíciles de identificar, evidentes para mí, en mi comportamiento, en cómo yo me relaciono con las personas, en como yo soy y estoy de una manera en el mundo por lo que me pasó nada más nacer… me puede gustar más o menos cómo soy, me da igual..., la cosa es que tiene un motivo, tiene una explicación… y algo que es doloroso de por sí, porque para mí perder mi familia de origen es algo doloroso, evidentemente doloroso… pues está siendo una tarea bastante dura hacer ver a los demás que esto duele, pero igual que duele de mi depende quedarme en “el hay, hay, hay, pobrecita de mi “ o decir, vale, esto me ha pasado, ¿qué hago con ello…? me quedo lamiéndome las heridas, en el victimismo y en el "pobrecita de mi" o hago algo con ello y me convierto en la dueña de mi vida, me hago cargo de mi vida de forma heroica, paso del victimismo al heroicismo… y no es que arrastre el dolor, es que lo he transformado…
… gracias al camino de Santiago me he dado permiso para sentir el dolor, sentirlo porque vivía anestesiada, yo antes me limitaba a sobrevivir y a partir del camino estoy aprendiendo a vivir… he estado 49 años de mi vida sobreviviendo, en modo “superviviente”, en estado de alerta permanente, con una agitación mental insoportable… mi marido cuando empezamos a salir me decía: “Beatriz, me gusta todo de ti menos las vueltas que les das a las cosa en la cabeza”...
... y sí, sí, yo me decía: peligroso, peligroso el nivel intelectual, racional y para qué, para marearme, no, no, me decía a mí misma, date permiso para sentir y si duele, hazte cargo, pero mírate, no te estás mirando dentro, y una vez que te has mirado, haz algo con ello, algo positivo…
…. Y el camino continúa. Cuando llegué a Santiago el día 15 de agosto, misa del peregrino en la catedral, aniversario de la muerte de mi abuela… dices, y ¿ahora… qué? Ya te has dado permiso para sentir todo el dolor, toda la oscuridad, tomar conciencia de todo lo que te ha pasado… ¿y ahora qué vas a hacer con ello? Y yo me decía: es que yo no quiero volver a mi casa, yo quiero seguir caminando… no aguantaba a mi marido en ese momento, no aguantaba a mis hijos en ese momento, a los únicos que echaba de menos de verdad era a mis padres porque mis padres eran y siguen siendo los únicos seres que me proporcionan paz real, son mi puerto seguro, mi padre es el único que se parte la espada por mi allí donde haga falta y yo me decía: “si es que no quiero volver”, “yo quiero seguir caminando”... pero tuve que volver, están tu familia , tus hijos, tu trabajo, tus clientes… y aquí estoy dando testimonio…
¿Y tus padres? … precisamente por lo bien que estoy con mis padres, me ha costado tanto tiempo darme cuenta de lo mal que me había quedado cuando me quedé, por la buena familia que tengo, por los buenos padres que tengo, por la buena vida que tengo, me ha costado tanto tiempo darme cuenta del dolor que había sentido y cómo no lo había afrontado… y bueno ahora ya está afrontado, asumido, sanado, superado y viviéndolo de una forma positiva…
… ¿Y cómo es ahora tu relación con Dios? Es una relación mucho más próxima, mucho más íntima, celebrando estar viva, ahora lo celebro todos los días, yo es lo que siento, “yo todos los días celebro estar viva”, todos los días celebro haber superado lo que he superado, pero ahora desde la consciencia, porque antes era supervivencia y ahora es evidencia: “estás viva porque tienes que estar viva” … y eso lo cambia todo.
Ahora sigo procurando que mi presencia en la vida de los demás sea para bien, ya lo venía haciendo antes de forma inconsciente, ahora procuro que sea un poquito más consciente, ahora procuro poner palabras, palabras que pueden ser duras pero que a la vez procuro que sean amables, ya no disfrazo los mensajes y me esfuerzo, me esfuerzo mucho en que la gente entienda lo que estoy intentando explicar, saliendo de sus prejuicios, saliendo de sus creencias y procurando aceptar la realidad tal y como es que para mí es la tarea más difícil que tenemos todos: aceptar la realidad tal y como es, no como nos gustaría que fuese… creo que la mayor fuente de sufrimiento es no aceptar la realidad... una vez que la aceptas, que es la que es, que es la que Dios quiere que sea, la cosa cambia… no queremos muerte, no queremos enfermedad, no queremos abandono, no queremos delitos, no queremos, no queremos… pero es que la vida es la que es, las cosas pasan… de nosotros depende qué hacemos con lo que nos pasa, cada uno con lo que le pasa a uno… y si Dios quiere volveré a hacer el camino físicamente…
Fuente:
www.rtve.es/play/videos/ultimas-preguntas/camino-vida/6734926
Ver también
seccióm: FORMACIÓ PERMANENT
Per a «construir» junts...
«És detestable aquest afany que tenen els qui, sabent alguna cosa, no procuren compartir aquests coneixements».
(Miguel d'Unamuno, escriptor i filosof espanyol)
Si el que aquí se t‘ofereix ho trobes interessant…
No t’ho guardis per a tu sol…
Les teves mans també són necessàries...
comparteix-ho, passa-ho...
Junts podem contribuir a ampliar la consciència «global»
Para «construir» juntos...
«Es detestable ese afán que tienen quienes, sabiendo algo, no procuran compartir esos conocimientos».
(Miguel de Unamuno, escritor y filósofo español)

