titulo de la web

El vínculo entre padres e hijos (Teoría del Apego)

Cara a construir una sociedad sana la adecuada crianza de los hijos es una pieza esencial.

Las bases para una sociedad sana se empiezan a establecer a través de una buena crianza de los hijos.

  • Ya en el vientre materno establecemos un fuerte, intenso, poderoso vínculo bio-psico-emocional con nuestra madre.
  • La actitud de los padres hacia sus hijos va a ser determinante a la hora de que su hijo se desarrolle correctamente.
  • La relación que se establece entre un bebé o un niño de menos de dos años y su principal cuidador es clave para su desarrollo físico, emocional e intelectual.

Por “naturaleza” somos seres sociales. Necesitamos de los otros. Necesitamos relacionarnos con los demás. Nacemos necesitados, débiles y vulnerables. Nos sentimos solos, desamparados y buscamos protección y seguridad. En los primeros años de vida para sobrevivir necesitamos de la protección y cuidado de los adultos. Para poder desenvolvernos con normalidad necesitamos sentirnos seguros. Necesitamos seguridad. La necesidad de seguridad es una necesidad anclada en la biología, la etología y la antropología.

El apego es un aspecto de las relaciones interpersonales, enfocado a la supervivencia. Observable en la relación entre una madre y su cría. Una relación especial con alguien importante e irreemplazable, cuya pérdida es vista como una amenaza para la propia seguridad. La capacidad de utilizar a la figura de apego como base de seguridad se mantiene a lo largo de toda la vida. Entre adultos, la figura de apego es una persona con quien podemos contar, y que puede contar con nosotros. Alguien a quien nos sentimos cercanos, próximos, en sintonía.

El Apego (o vínculo afectivo) es una relación especial que el niño establece con un número reducido de personas, normalmente con los padres biológicos, especialmente con la madre ya que les une un lazo previo que se construyó durante el embarazo y que viene determinado genéticamente como método para asegurar la supervivencia del pequeño. Los niños que fueron institucionalizados antes de los tres años en centros de acogida o pasaron por diversas familias, es muy probable que no hayan tenido la posibilidad de haberlo establecido durante las etapas críticas y ello lleva consigo el desarrollo de un perfil psicológico peculiar.

Un poco de historia

La preocupación por la relación temprana del niño con su madre fue uno de los temas centrales para el psicoanálisis desde su inicio. Los primeros trabajos en esta línea, fueron realizados por René Spitz (1935), quien comenzó sus investigaciones observando el desarrollo de niños abandonados por sus madres que llegaban a centros de huérfanos. En 1958, Bowlby postula que el vínculo que une al niño con su madre es producto de una serie de sistemas de conducta, cuya consecuencia previsible es aproximarse a la madre. Más tarde plantea que como resultado de la interacción del bebé con el ambiente y, en especial con la principal figura de ese ambiente, es decir, la madre, se crean determinados sistemas de conducta, que son activados en la conducta de Apego.

John Bowlby es considerado el padre de la Teoría del apego. Éste pensó que el apego se inicia en la infancia y continúa a lo largo de la vida, y afirmó que existen sistemas de control del comportamiento que son innatos y que son necesarios para la supervivencia y la procreación de los seres humanos. La teoría del apego intenta explicar las diferencias individuales (también llamados estilos de apego) respecto a cómo la gente piensa, se siente y se comporta en las relaciones interpersonales. El concepto de “apego” hace referencia a los vínculos emocionales que la gente forma con otras personas a lo largo de su vida, primero con sus progenitores, y después con sus amigos, su pareja, sus compañeros y sus hijos. Según Bowlby la conducta de apego tiene dos funciones básicas: una función biológica, que es obtener protección para asegurar la supervivencia, y la otra de carácter más psicológico, la de adquirir seguridad. El apego y los sistemas exploración son centrales en su teoría, pues desde muy pequeños los niños poseen un comportamiento innato que les lleva a querer explorar cosas nuevas, pero cuando éstos se sienten en peligro o asustados, su primera reacción es buscar la protección y seguridad de su cuidador primario.

La “situación extraña” y los tipos de apego según Mary Ainsworth. Bowlby asentó las bases para la teoría, pero otra figura importante en el estudio del apego es Mary Ainsworth, una de las psicólogas más reconocidas por su contribución a dicha teoría. Ainsworth también pensó que existían los sistemas de control, pero fue un poco más lejos y propuso su concepto de “situación extraña”, con la que añadió a la teoría del apego tres estilos de comportamiento: Seguro, Inseguro-Evitativo e Inseguro-Ambivalente. Más tarde otros autores identificaron otros tipos de apego, como el apego ansioso o el apego desorganizado.

El apego

¿Qué es el apego y por qué es tan importante para que los niños crezcan felices?

La actitud de los padres hacia sus hijos va a ser determinante a la hora de que su hijo se desarrolle correctamente.

El apego se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección. No se trata de un sentimiento inmaterial, sino de conductas observables que comienzan de manera refleja: esforzarse por mantener la proximidad con la persona con la que se está vinculada, resistirse a la separación sintiendo ansiedad, desolación y abandono ante la pérdida, mantener un contacto sensorial privilegiado con la figura de apego, usar la figura de apego como base de seguridad desde la cual poder explorar el mundo físico y social, refugiarse en la figura de apego en momentos de tristeza, temor o malestar, buscando en ella apoyo y bienestar emocional.

El vínculo de apego suele aparecer en torno al año y suele darse entre un niño o niña y sus progenitores/cuidadores. Existe la posibilidad de que la figura de apego cambie a lo largo de la vida. Cada relación de apego tiene sus características específicas, dado que algunos factores como la edad o la interacción tienen mucha influencia. Estas relaciones son muy amplias, pero las más importantes son las de asegurar la supervivencia de la cría, darle seguridad, autoestima y la posibilidad de intimar, es decir, tener una comunicación emocional privilegiada, así como refugiarse en situaciones de angustia o confusión para sentirse seguro.

Desde el punto de vista emocional, el apego surge cuando se está seguro de que la otra persona estará ahí incondicionalmente, lo que facilita que aparezcan la empatía, la comunicación emocional y hasta el amor entre estas personas. Desde el punto de vista cognitivo, la propia existencia de una relación de apego, conlleva a la construcción de un modelo mental de dicha relación, una imagen de cómo es el propio niño, representaciones sobre la figura de apego y una teoría mental sobre la imagen que la figura de apego tiene sobre el niño.

Tipos de apego

Apego seguro

  • El tipo de apego seguro se caracteriza porque el pequeño busca la protección y la seguridad de la madre y recibe cuidado constante. La madre suele ser una persona cariñosa y que muestra y se muestra afectiva constantemente, lo que permite que el niño desarrolle un concepto de sí mismo y de autoconfianza positivos. En el futuro, estas personas tienden a ser cálidas, estables y con relaciones interpersonales satisfactorias.
  • Los bebés con este tipo de apego exploran de forma activa mientras están solos con la figura de apego, y pueden intranquilizarse visiblemente cuando los separan de ella. A menudo el bebé saluda a la figura de apego con afecto cuando regresa, y si está muy inquieto, tratará de entrar en contacto físico con ella. Estos bebés son sociables con extraños mientras la madre está presente.
  • En este tipo de apego existe una confianza por parte del niño hacia sus padres (o figuras parentales), quienes serán accesibles, sensibles a las señales del niño y colaboradores cuando el infante se encuentre en situaciones adversas o amenazantes. Esto le permitirá explorar el mundo con seguridad y confianza. Los adultos seguros tienden a recordar una relación cariñosa con madres sensibles y preocupadas por ellos.

Apego evitativo

  • El tipo de apego evitativo se caracteriza porque el pequeño se cría en un entorno en el que el cuidador más cercano deja de atender constantemente a las necesidades de protección de éste. Esto es contraproducente para el desarrollo del pequeño, puesto que no le ayuda a adquirir el sentimiento de confianza hacia sí mismo que necesitará posteriormente en su vida. Por tanto, los niños (y también de adultos cuando ya han crecido) se sienten inseguros y desplazados por las experiencias abandono en el pasado.
  • Los bebés con este tipo de apego muestran poco malestar cuando son separados de la figura de apego y generalmente rehuyen de ella cuando regresa aunque ésta trate de ganar su atención. Suelen ser sociables con los extraños pero pueden ignorarlos de la misma forma en que evitan a su figura de apego cuando regresa. El niño desconfía de que sus padres le entregarán la ayuda necesaria o requerida por él y tiene la convicción de que en este intento no será apoyado por ellos. (Desconfia en que los demás irán en su ayuda cuando él los necesite…, "por eso intenta ser autosuficiente, ya que no puedo confiar en que los demás van a acudir en mi ayuda… me lo tengo que montar yo a mi manera").) El niño intenta ser una persona emocionalmente autosuficiente, no buscando el amor ni el apoyo de otras personas.

Apego ambivalente

  • El tipo de apego ambivalente se caracteriza porque estos individuos responden a la separación con gran angustia y suelen mezclar sus conductas de apego con protestas y enfados constantes. Esto se debe a que no han desarrollado correctamente las habilidades emocionales necesarias, ni han tenido expectativas de confianza ni de acceso a los cuidadores. El bebé puede mostrarse confuso permaneciendo inmóvil o acercarse para luego alejarse de forma abrupta a medida que la figura de apego se aproxima.
  • En el área afectiva por ejemplo muestran el sentimiento constante de no sentirse lo “suficientemente amados y/o no sentirse agradables para los otros”, influye negativamente en su autoestima, autoconcepto y la visión que tienen del mundo. A medida que los niños crecen e ingresan al ámbito escolar, el mundo social que deben afrontar se hace más complejo y precisamente es en este contexto donde comienzan a manifestarse las primeras dificultades.

El apego entre adultos

Los cuatro tipos de apego según Hazan y Shaver. Durante la época de los 80, Cindy Hazan y Phillip Shaver ampliaron la teoría del apego a las relaciones amorosas de los adultos. Éstos identificaron cuatro estilos de apego: apego seguro, apego ansioso-preocupado, apego evitativo-independiente y apego desorganizado.

1. Apego seguro

Son adultos que presentan una visión positiva de sí mismos y de sus relaciones interpersonales. No les preocupa la intimidad ni la independencia, pues se sienten seguros.

2. Apego preocupado-ansioso

Son personas que suelen buscar de manera constante aprobación de los demás y la respuesta continua de la pareja. Por tanto, son individuos dependientes, desconfiados y tienen una visión poco positiva de sí mismos y de sus relaciones interpersonales. Presentan niveles altos de expresión emocional e impulsividad.

3. Apego evitativo-independiente

Son individuos que suelen aislarse porque no se sienten cómodos en la intimidad con otras personas, por lo que son muy independientes. Se ven a sí mismos como autosuficientes y sin necesidad de relaciones cercanas. Suelen suprimir sus sentimientos.

4. Apego desorganizado

Los adultos con apego desconfiado se caracterizan porque tienen sentimientos contradictorios en sus relaciones interpersonales. Es decir, pueden sentirse tanto deseantes como incómodos con la intimidad emocional. Suelen verse a sí mismos con poco valor y desconfían de los demás. Igual que los anteriores buscan menos la intimidad y suelen suprimir sus emociones.

Principios fundamentales para un vínculo seguro padres-hijos

Como han demostrado muchas investigaciones, la actitud de los padres hacia sus hijos va a ser determinante a la hora de que su hijo se desarrolle correctamente. Por tanto, los progenitores deben ser cuidadosos a la hora tratar a sus hijos y deben tener paciencia para que crezcan sanos y con una personalidad fuerte para hacer frente a las situaciones que pueden presentarse en el futuro. 

De manera resumida, es importante que los padres traten de:

  • Entender las señales de los niños y su forma de comunicarse
  • Crear una base de seguridad y confianza
  • Responder a sus necesidades
  • Abrazarlo, acariciarlo, mostrarle cariño y jugar con él
  • Cuidar su propio bienestar emocional y físico puesto que repercutirá en el comportamiento hacia su hijo 

Elaboración a partir de materiales diversos

Ver también:

El apego infantil: un vínculo irrenunciable

El apego infantil: definición, funciones y tipos

Sección EDUCACIÓ FAMILIAR


Per a «construir» junts...
Són temps per a «construir» junts...
Tu també tens la teva tasca...
Les teves mans també són necessàries...

Si comparteixes els valors que aquí defenem...
Difon aquest lloc !!!
Contribuiràs a divulgar-los...
Para «construir» juntos...
Son tiempos para «construir» juntos...
Tú también tienes tu tarea...
Tus manos también son necesarias...

Si compartes los valores que aquí defendemos...
Difunde este sitio !!!
Contribuirás a divulgarlos...