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Emancipación de la mujer: pluralismo feminista

Emancipación de la mujer, ¡naturalmente! En nuestro s. XXI, el movimiento de emancipación de la mujer es imparable. El movimiento feminista es diverso. No es uniforme. El feminismo es un necesario proyecto de igualdad entre hombres y mujeres, pero hoy ese loable proyecto se ha convertido en campo abonado de disputa política y se ha transformado en una batalla ideológica en la que se intenta imponer una determinada concepción y orientación del mismo. Hay discrepancias en la perspectiva de análisis, en el qué, en el cómo y por quién llevarlo a cabo. En qué aspectos y cómo llevarlo a cabo hay visiones distintas. Hay diferencias en cuanto a la forma y en el fondo. En la forma, por ejemplo, utilizando una lenguaje combativo, batallador, guerrero. En el fondo, con una evidente confrontación con un sistema patriarcal causante de la desigualdad y sometimiento ancestral de la mujer. Como cualquier otro movimiento social, el movimiento feminista no escapa a las distintas cosmovisiones y concepciones antropológicas subyacentes que en él concurren. Pretende ser instrumentalizado o, quizás mejor, modelado por ideologías diversas: conservadora, progresista, liberal, cristiana… cada una de las cuales parte de cosmovisiones y concepciones antropológicas distintas, que se reflejan tanto en la perspectiva adoptada y aproximación a la problemática como en la manera de abordarla. Y eso queda reflejado claramente en los diversos posicionamientos adoptados ante dicha problemática.

Los nuevos postulados de alguno de los feminismos responden a un modelo de mujer y modelo de sociedad que sólo algunos comparten, y que se están imponiendo en una batalla cultural, allí donde no existen otras alternativas. Para cierto feminismo el enfrentamiento mujer contra varón es el fundamento dialéctico para la supuesta promoción de la mujer. Feminismo y machismo son términos que implican el desprecio al sexo contrario, la lucha y la confrontación. Por contra, para otros se ha ido arrinconando hasta hacerla inexistente, una visión no excluyente, sino complementaria hombre-mujer.

Dentro del movimiento feminista hay críticas, que no son sólo epidérmicas, entre las distintas perspectivas. Hay mujeres que se rebelan contra un feminismo de confrontación, impuesto y excluyente. Algunas muestran su rechazo a un movimiento que enmascara una dictadura que se pretende imponer a fin de igualarse en posiciones del poder. Para otros, sin embargo, lo que se necesita son mujeres referentes para las nuevas generaciones. No se trata de lograr el poder por el poder. En general, deseamos, afirman, que todo ser humano sea capaz de alcanzar sus sueños, sean en forma de posición profesional, familiar y social. Todos tenemos un potencial concreto, único, y sería deseable que cada persona (y no solo las mujeres), lo llegaran a ver hecho realidad.

Si bien es cierto que hay brechas entre hombre y mujeres, y en algunas partes del mundo son auténticos abismos, parece que es “obligatorio” alcanzar una posición de poder si se es mujer. ¿Por qué? O mejor dicho: poder, ¿para qué? Porque necesariamente habrá una diferencia entre aquellas mujeres que busquen el poder para sobresalir, o para estar a gusto consigo mismas, y aquellas otras que lo busquen para hacer un mundo mejor, ayudando a otros a ser su mejor versión, especialmente a otras mujeres.

Y habrá que considerar también cómo se obtiene ese poder, cómo llegamos a ser presidente de gobierno, o CEO, o premio Nobel de ciencias… ¿Por cuota? ¿Por imposición de políticas feministas o discriminación positiva? ¿Por méritos, sin importar que dejemos por el camino a hombres que podrían ser mejores en un caso concreto? ¿O realmente lo que interesa a nuestro ecosistema humano es identificar el mejor/la mejor para ser el líder que necesitamos? A continuación, presentamos el posicionamiento al respecto de algunos de los diversos movimientos feministas.

A. MANIFIESTO COMISIÓN FEMINISTA 8 DE MARZO. MADRID

El 8 de marzo de 2018 millones de mujeres en todo el mundo protagonizamos una huelga feminista. En Madrid paramos en todos los lugares, en todas las ciudades, barrios y pueblos, ocupamos las calles para hacer visibles nuestros trabajos, nuestras demandas y nuestros cuerpos. Y demostramos que si paramos nosotras, se para el mundo, que impulsamos y desarrollamos propuestas e ideas para pensar en otras vidas y otro mundo, que somos miles, millones, las mujeres dispuestas a conseguirlo, y vamos a por todas.

Dijimos que nadie podría mirar a otro lado frente a nuestras propuestas y nuestra centralidad en el mundo y lo conseguimos. Con la fuerza colectiva hemos ido abriendo espacios y consiguiendo algunos cambios, pero no todos ni para todas. Nuestras vidas siguen marcadas por las desigualdades, por las violencias machistas, por la precariedad, por procesos de exclusión derivados de nuestros empleos, la expulsión de nuestras viviendas, el racismo, por la no corresponsabilidad ni de los hombres ni del Estado en los trabajos de cuidados.

Por eso este año volvemos a la carga, y convocamos también una huelga feminista de 24 horas, sabiendo que esto ni empieza ni acaba el 8 de marzo. Como en años anteriores es un proceso que ha empezado mucho antes, hemos estado construyendo propuestas, tejiendo redes, poniendo en marcha procesos de contagio hasta llegar a esta huelga y movilización en la que visibilizamos nuestras denuncias y exigencias.

Sabemos que las posibilidades para participar en la huelga son distintas para cada una de nosotras, pues estamos atravesadas por desigualdades y precariedades que nos sitúan en lugares muy diversos frente al trabajo asalariado, los cuidados, el consumo, el ejercicio de nuestros derechos, la participación ciudadana según nuestra procedencia, la clase, la “raza”, la situación migratoria, la edad, la orientación sexual, la identidad de género y las distintas habilidades. Por eso la huelga feminista es una propuesta abierta en la que todas podemos encontrar una forma de participar.

Formamos parte de las luchas contra las violencias machistas, por el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, por la justicia social, el trabajo digno, la vivienda, la salud, la educación, la soberanía alimentaria y la laicidad.

Formamos parte de las luchas que protagonizan mujeres que defienden sus tierras y los recursos de sus pueblos, incluso arriesgando su vida, amenazadas por el extractivismo, las empresas transnacionales, y los tratados de libre comercio; contra las viejas y nuevas formas de explotación.

Porque somos antirracistas estamos contra la ley de extranjería y los muros que se levantan en nuestro país; porque somos antimilitaristas estamos contra las guerras, que son una de las causas que obligan a las mujeres a migrar; contra los Estados autoritarios y represores que imponen leyes mordaza y criminalizan la protesta y la resistencia feminista.

Este año nos unimos al grito global lanzado por las mujeres en Brasil, en EEUU, en Italia, en India y en otras partes del mundo frente a las reacciones patriarcales por el avance de las mujeres en el logro de nuestros derechos, y frente a una derecha y extrema derecha que nos ha situado a mujeres y migrantes como objetivo prioritario de su ofensiva ultraliberal, racista y patriarcal.

Son muchos los motivos para apoyar la huelga, entre otros, la hacemos:

Para que podamos ser libres, para que se consideren las violencias machistas como una cuestión que atañe a toda la sociedad y se tengan en cuenta sus distintas causas y dimensiones. Poniendo fin a aquellas que sufrimos cotidianamente en todos los ámbitos y espacios vitales (hogar, trabajo, espacios públicos, pareja, familia, entorno laboral, sociedad e instituciones del Estado). Para que haya cambios culturales, en las ideas, actitudes, relaciones y en el imaginario colectivo.

Para que la justicia nos crea y deje de aplicar una lógica patriarcal, para que se apliquen de forma efectiva las leyes contra las violencias machistas y se amplíen para incluir la violencia sexual. Para hacer efectiva la verdad, la protección, la reparación y la justicia a quienes somos víctimas de las violencias machistas.

Para que las mujeres seamos dueñas de nuestros cuerpos, nuestros deseos y nuestras decisiones. Para que las personas disidentes sexuales, con especial atención a las mujeres trans, dejemos de sufrir agresiones y múltiples violencias. Por una sociedad que respete y valore la diversidad sexual, de identidad y/o expresión de género.

✓ Para que la educación afectivo-sexual esté contemplada en el currículo escolar y sea integral, libre de estereotipos sexistas, racistas y LGTBIfóbicos.

Para que el aborto esté fuera del Código Penal y se reconozca como un derecho de las mujeres y personas con capacidad de gestar a decidir sobre su cuerpo y su maternidad. Que se respete la autonomía de las mujeres de 16 y 17 años y se garantice su realización en los servicios públicos de salud para todas las mujeres.

Para romper con las fronteras, el racismo y la xenofobia que nos atraviesa y recorre toda la sociedad. Para que ninguna mujer tenga que migrar forzada por las políticas coloniales, neoliberales y racistas del Norte Global, que producen situaciones económicas, bélicas, sociales y ambientales insostenibles.

Para garantizar nuestros derechos para todas las mujeres, así como un mundo donde nadie muera en el mar, sin muros, alambres, vallas, concertinas ni CIEs. Porque ningún ser humano es ilegal.

Para que se visibilice y reconozca el valor y dignidad del trabajo doméstico y de cuidados que realizamos las mujeres, y los derechos de quienes los realizamos. Para que se asuma la corresponsabilidad por parte de todos los hombres, de la sociedad y del Estado.

Para que podamos tener vidas dignas, y que las Administraciones Públicas garanticen de forma irrenunciable y prioritaria los servicios públicos y de protección social: sanidad, educación, servicios sociales, ayuda a la dependencia y acceso a la vivienda social.

Para que se rompa la división sexual del trabajo que nos condena a la precariedad, la discriminación laboral y los trabajos peor pagados, no remunerados, invisibles e ilegales. Para crear alternativas para las trabajadoras migrantes en situación administrativa irregular.

Para construir una economía sostenible, justa y solidaria que gestione los recursos naturales de forma pública y comunitaria, que esté en función de las necesidades humanas y no del beneficio capitalista. Para que logremos el acceso universal a los bienes naturales imprescindibles para vivir y priorizar los derechos comunitarios frente a los intereses privados.

Para defender lo común a través del apoyo mutuo: las organizaciones comunitarias, las relaciones vecinales, la gestión y el diseño participativo o el uso compartido de los bienes y del espacio público.

Somos un movimiento internacional diverso que planta cara al orden patriarcal, racista, colonizador, capitalista y depredador con el medio ambiente. Proponemos otra forma de ver, entender y estar en el mundo, de relacionarnos, en definitiva, nuestra propuesta supone un nuevo sentido común.

Nos precede una larga genealogía de luchas feministas, las mujeres sufragistas y sindicalistas, las que combatieron al colonialismo, las que trajeron la Segunda República, las que lucharon en la Guerra Civil, y contra la Dictadura franquista, y todas las activistas que nos han traído hasta aquí.

Sabemos que para resistir hay que seguir avanzando y nos sabemos fuertes. Tenemos una propuesta positiva para que todas y todos, desde nuestra diversidad, tengamos una vida digna. Defendemos una forma de convivir y lo queremos hacer todas, unidas, fortaleciendo nuestras alianzas con otros movimientos sociales. Así nos enfrentamos a quienes hacen su política desde la mentira y el desprecio a las mujeres, desde el miedo, el ocio, la victimización y el resentimiento. Y en el proceso de reconocer, defender y ampliar nuestras libertades y derechos contraponemos la esperanza y desarrollamos lazos de apoyo y solidaridad entre todas.

Frente al “nosotros primero”
planteamos “nosotras juntas”.

Comisión Feminista 8 de Marzo-Madrid

B. WOMEN of the WORLD (WoW)

Denunciar una apropiación indebida del concepto de mujer

La plataforma internacional de mujeres Women of the World (WoW), impulsa en Madrid, una manifestación para un 8M diferente. Su lema: “#8M ¡En femenino sí, en masculino también!”. La plataforma ha explicado que “durante los últimos años hemos padecido una apropiación indebida del concepto de mujer y todo lo asociado con ella por parte de una corriente impulsada por lobbies feministas radicales, algunos medios de comunicación y partidos políticos. Esta nueva “cultura” se ha impuesto en el pensamiento social introduciéndose sin límites y aplastando cualquier insumisión a los dogmas del feminismo y del género”.

“Los nuevos postulados del feminismo responden a un modelo de mujer y sociedad que sólo algunos comparten pero que se está imponiendo en una batalla cultural donde no existe otra alternativa. El enfrentamiento mujer contra varón es el fundamento dialéctico para la supuesta promoción de la mujer”. “Feminismo y machismo son términos que hoy implican el desprecio al sexo contrario, la lucha y la confrontación”.

Arrinconamiento de la maternidad

“Y en paralelo, se ha ido arrinconando hasta hacerla inexistente, una visión de la mujer diferente pero complementaria al hombre, igual que él ante la ley, pero dotada de una naturaleza distinta y con necesidades también distintas”. “Se arrincona la maternidad. En el entorno laboral la mujer es discriminada por ser madre, no se valora ese plus que la maternidad aporta al currículum, no se apuesta por la verdadera conciliación y el mobbing maternal es una realidad ignorada. Incluso se pretende que en el propio hogar se anule el valor de la maternidad y la dedicación exclusiva a la familia, y quienes han elegido esa opción son condenadas a la muerte social y se han convertido en mujeres invisibles”.

Proponer un nuevo enfoque femenino

“Es necesario proponer a la sociedad un nuevo enfoque femenino alejado de planteamientos ideológicos y que está llamado a afrontar la batalla cultural e imponerse por su realismo, su capacidad de reconocer la verdad de la naturaleza humana y dar respuestas prácticas a los verdaderos retos de las mujeres del siglo XXI”.

“Por ello, y como kilómetro cero de este camino a emprender, convocamos a esta manifestación vinculada al 8 de marzo, con un espíritu, objetivos y puesta en escena muy diferentes a los que han acompañado en los últimos años a las celebraciones del “Día de la mujer”. “Estamos poniendo las primeras piedras de un edificio y sabemos que su construcción requerirá años de esfuerzo perseverante. Pero es importante dar este primer paso, reclamar los primeros voluntarios para esta gran batalla que se juega no sólo en las calles sino también en la mente de los ciudadanos, especialmente en los jóvenes y en los niños”.

Una manifestación “¡En femenino sí, y en masculino también!”

“Salir a la calle a manifestar una verdad políticamente incorrecta supone haber tomado una decisión de vencer el miedo al pensamiento único y a las consecuencias que disentir pueda tener. Significa valentía, virtud especialmente unida a la mujer que queremos proclamar”. Reivindica el valor de tantas y tantas mujeres que concilian como pueden y sufren a diario la frustración de no poder llegar a todo. Y también el de las mujeres invisibles que han optado por dedicarse completamente a su familia o que con la estructura del mercado laboral, no tienen opciones para conciliar trabajo y familia. Manifestarse significa que esta batalla por la mujer de hoy la dan no solo mujeres sino también hombres, hijos, padres, familias, toda la sociedad”.

“Significa, además, que esta lucha y nuestra movilización sale de nuestro tiempo libre, que no está financiada por organismos oficiales, ni con fondos públicos ni promovida por asociaciones subvencionadas”. “Reivindicamos, afirmamos y celebramos la feminidad, la maternidad, la complementariedad y la familia”.

Con motivo de esta manifestación, la plataforma Women of the World (WoW) lanza también un manifiesto con el título “Nuestro 8M: 8 Mentiras + 8 Motivos + 8 Medidas + 8 Maneras, cuyo contenido reproducimos a continuación:

Nuestros 8M: 8 Mentiras + 8 Motivos + 8 Medidas + 8 Maneras

¡En femenino sí,
y en masculino también!

Los nuevos postulados del feminismo responden a un modelo de mujer y sociedad que sólo algunos comparten, pero que se está imponiendo en una batalla cultural donde no existe otra alternativa.

El enfrentamiento mujer contra varón es el fundamento dialéctico para la supuesta promoción de la mujer. Feminismo y machismo son términos que hoy implican el desprecio al sexo contrario, la lucha y la confrontación. Por contra, se ha ido arrinconando hasta hacerla inexistente, una visión de la mujer diferente a la del hombre pero con la que se complementa, igual que él ante la ley pero dotada de una naturaleza distinta y con necesidades también distintas.

En el entorno laboral la mujer es discriminada por ser madre, o poder ser madre. No se valora ese plus que la maternidad aporta al currículum, no se apuesta por la verdadera conciliación y el mobbing maternal es una realidad ignorada. Es necesario proponer a la sociedad un nuevo enfoque femenino alejado de planteamientos ideológicos y dé respuestas prácticas a los verdaderos retos de las mujeres del siglo XXI.

 8 Mentiras que denunciamos 

  1. Es mentira que no exista diferencia alguna entre los sexos más allá de las impuestas socialmente.
  2. Es mentira que no exista la identidad femenina y que las mujeres desarrollan el mismo rol que los hombres.
  3. Es mentira que por el hecho de haber sufrido discriminación a lo largo de la historia, las mujeres merezcan hoy una discriminación positiva y sistema de cuotas que les de igualdad de oportunidades.
  4. Es mentira que las mujeres sólo pueden realizarse si trabajan fuera de casa.
  5. Es mentira que la discriminación laboral, la brecha salarial y la desigualdad en las oportunidades sean fruto de una sociedad patriarcal y machista.
  6. Es mentira que las mujeres sean siempre víctimas y los hombres violentos y maltratadores en potencia.
  7. Es mentira que las mujeres deben poder alquilar su cuerpo para obtener un beneficio.
  8. Es mentira que la lucha por los derechos de la mujer y la igualdad real necesite financiación estatal y subvenciones para poder ser eficaz y acabar con las estructuras machistas.

8 Motivos que nos mueven a actuar

  1. Porque la sociedad pierde la mitad cuando no reconoce la enriquecedora complementariedad y reciprocidad entre el hombre y la mujer. Los hombres son nuestros aliados y compañeros, los que completan el círculo.
  2. Porque las mujeres queremos ser, en todos los ámbitos, lo que somos: mujeres.
  3. Porque lo que necesitamos es equidad y no privilegios.
  4. Porque la sociedad, la política y el mundo laboral deben reconocer y valorar la dedicación a la familia y a las personas dependientes.
  5. Porque la mujer está discriminada en el mundo laboral por ser madre, no por ser mujer. Es necesario hacer frente al mobbing maternal.
  6. Porque rechazamos todo tipo de violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, ya sea contra mujeres, niños, ancianos u hombres.
  7. Porque queremos que se respete la dignidad de la mujer y de su cuerpo.
  8. Porque los presupuestos deben ayudar a las mujeres en situación de especial vulnerabilidad (maltratadas, embarazadas sin recursos, con dedicación a la familia, personas dependientes…) y no a financiar chiringuitos ideológicos.

8 Medidas que exigimos  

  1. Exigimos la eliminación de las leyes ideológicas de género que no respeten ni reconozcan la identidad femenina y la complementariedad de los sexos.
  2. Exigimos la eliminación de cuotas y discriminación positiva.
  3. Exigimos flexibilidad de horarios, teletrabajo, jornada intensiva y contratos a tiempo parcial.
  4. Exigimos visibilización social y reconocimiento político de la dedicación exclusiva a la familia y personas dependientes.
  5. Exigimos el reconocimiento legislativo del mobbing maternal como figura especifica de discriminación laboral contra la mujer por razón de su maternidad.
  6. Exigimos presunción de inocencia, justicia e igualdad ante la violencia doméstica. Y justicia implacable para acosadores, violadores y asesinos.
  7. Exigimos que no se comercialice con el cuerpo de la mujer: prohibición efectiva de la maternidad de alquiler y persecución de la explotación sexual.
  8. Exigimos la suspensión de la financiación al negocio del género y que se emplee en ayudas a las mujeres más vulnerables.

8 Maneras para hacerlo

  1. Reconociendo las diferencias.
  2. Con ternura y sensibilidad.
  3. Mediante un diálogo objetivo.
  4. Siendo orgullosamente mujer.
  5. Comprendiendo con empatía las implicaciones de la maternidad.
  6. Custodiando a la familia.
  7. Encontrándonos como aliados.
  8. Canalizando esfuerzos a lo verdaderamente necesario.

C. PARA TODOS, MUJERES

Simplemente mujeres…sin adjetivos, de toda raza y condición, que vivimos en el siglo XXI y que peleamos cada día por ser quienes somos, con nuestras circunstancias. Mujeres con ilusiones e ideales, con ganas de aportar nuestro granito de arena allí donde estamos. Que miramos al futuro y queremos mejorar nuestro presente. Mujeres responsables y libres, con nuestras virtudes y nuestros defectos, pero que sabemos quiénes somos y hasta donde queremos llegar. Mujeres que, destacan unas y otras son anónimas, pero ahí estamos aportando lo que somos y tenemos para hacer de este mundo un lugar mejor. Mujeres que demuestran la igualdad de condición y de obrar que tienen por su calidad de ser humano, ni más ni menos. Mujeres que vemos la colaboración activa entre el hombre y la mujer, precisamente en el reconocimiento de la diferencia misma que nos enriquece a todos.

En los últimos años han surgido nuevas tendencias para afrontar la cuestión femenina. Una de ellas subraya la condición de subordinación de la mujer a fin de suscitar una actitud de contestación: la mujer, para ser ella misma, se constituye en antagonista del hombre. A los abusos de poder responde con una estrategia de búsqueda del poder. Este proceso lleva a una rivalidad entre los sexos, en el que la identidad y el papel de uno son asumidos en desventaja del otro, teniendo como consecuencia la introducción en la antropología de perjuicios confusos, que tiene su implicación más inmediata y nefasta en la estructura de la familia.

Otra tendencia emerge como consecuencia de la anterior: para evitar cualquier supremacía de uno u otro sexo, se tienden a cancelar las diferencias, considerándolas como simple efecto de un condicionamiento histórico-cultural. La diferencia corpórea, llamada sexo, se minimiza, mientras la dimensión estrictamente cultural, llamada género, queda subrayada al máximo y considerada primaria. Al obscurecerse la diferencia, o dualidad, de los sexos se producen consecuencias diversas. La antropología que pretendía favorecer perspectivas igualitarias para la mujer, liberándola de todo determinismo biológico, ha inspirado de hecho ideologías que promueven el cuestionamiento de la familia a causa de su composición natural de padre y madre, la exaltación de la homosexualidad y un modelo nuevo de sexualidad polimorfa.

Ambos sexos se complementan, no compiten

Aunque la raíz inmediata de dicha tendencia se coloca en el contexto de la cuestión femenina, su más profunda motivación debemos buscarla en la tentativa de la persona humana de liberarse de sus condicionamientos biológicos. Según esta perspectiva antropológica, la naturaleza humana no lleva en sí misma características que se impondrían de manera absoluta, de manera que toda persona podría o debería configurarse según sus propios deseos, puesto que sería libre de toda predeterminación vinculada a su constitución esencial. Este enfoque nos lleva a la confusión que existe actualmente y a un cambio radical de la vivencia como seres humanos.

¿Dónde queda el papel de la mujer? Como cualquier ser humano es capaz de pensar y discernir: hacer el bien, ayudar a otros y ser un gran aporte para la sociedad, compartiendo los roles con el hombre. Cada uno de los sexos tiene algo particular que aportar en la vida social, ya que en la vida se complementan, no compiten. Olvidar esto es lo que nos frena a valorar a tantas mujeres de hoy. Lo que no puede ser compartido con el hombre es el ser madre, ya que las mujeres asumen esta hermosa responsabilidad. La conexión entre ellas con el hijo es algo extraordinario y mucho más fuerte de lo que puede llegar a ser la relación paterno filial. En este sentido, el papel principal de la mujer es esencial, primordial y vital para la sociedad actual.

Además de la maternidad como punto distintivo, hay que reconocer las cualidades enormes que tienen las mujeres como son su capacidad de enfrentar y solucionar los problemas. Las mujeres han conseguido muchas libertades a precio de una libertad, la libertad de poder hacer todo teniendo familias y teniendo en familia los hijos que ellas mismas quieran. Las mujeres quieren tener el derecho de estar presente en todos los campos y también en los de la familia. Pero para esto hace falta ir más allá de la igualdad de oportunidades y desarrollar más el pensamiento de la diferencia. Ser diferentes no quiere decir ser más o menos, mejor o peor. Quiere decir reconocer la necesidad de complementariedad, la necesidad de integrar lo que somos -cada uno con su especificidad- pero poniendo siempre de manifiesto la complejidad de la vocación femenina. No sirve que las mujeres hagan todas las cosas como los hombres; necesitamos que las hagan como mujeres: un servicio más calificado, más profundo, más humano, también dirigido a los hombres.

Hacer las cosas como mujeres, no como hombres

Históricamente la mujer ha estado excluida de la vida pública y, a pesar de que durante las últimas décadas su incorporación se ha promovido desde muchos frentes y de que se han creado mecanismos para acelerarla, esta incorporación aún es insuficiente. Es difícil subrayar tanto como merece la importancia que tiene la incorporación de la mujer a todas las esferas sociales para avanzar hacia una sociedad donde las relaciones humanas estén caracterizadas por la cooperación, la reciprocidad y el apoyo mutuo.

La esfera de la gobernanza es quizá uno de los ámbitos más importantes donde este fenómeno habría de darse para lograr un progreso significativo. En la política y la economía, por ejemplo, el domino masculino ha hecho que la competición, la fuerza, el individualismo, la agresividad del carácter e incluso la insensibilidad caractericen el desempeño de funciones políticas y económicas. Ya sea por diferencias biológicas o por un larguísimo proceso de socialización desde los primeros grupos humanos hasta nuestros días, parece que las mujeres han desarrollado más la empatía, la capacidad de llegar a consensos, de trabajar en equipo y de utilizar el poder de maneras cooperativas. También han logrado desarrollar otras formas de racionalidad y de inteligencia que van más allá de la simple búsqueda instrumental de beneficios y de minimización de pérdidas, teniendo en cuenta otros aspectos más sutiles pero fundamentales y percatándose de otras sensibilidades, aspectos sumamente necesarios para lograr el bien común. La mujer tiene un papel singular en el establecimiento de la paz, tanto por sus capacidades de llegar a consensos, de cooperar, de trabajar en equipo, de mirar la realidad, como por la mayor sensibilidad que ha podido suscitar el hecho de ser madre.

Inés Llorente, Máster en Familia
Fuente: Foro de la familia

D. Declaració d’e-Cristians: Sobre la vaga feminista del 8M i el manifest que la justifica

Vivim temps de confusió en què el sentit de les paraules és contínuament manipulat, per això la tasca prèvia és sempre recuperar el significat de la paraula.

El feminisme del 8M

Es presenta el feminisme com la igualtat de drets entre l’home i la dona. Quin cristià pot negar aquesta justícia que neix d’un dels fonaments del cristianisme?: la igualtat de tots els éssers humans, creats a imatge i semblança de Déu, el nostre Pare.

Però ja fa temps que el feminisme va deixar de ser aquell projecte d’igualtat, per a transformar-se en una ideologia política. Ho va fer en situar l’avortament en el centre del pretès alliberament de la dona, i ho va tornar a fer més tard quan va transformar el feminisme a partir dels postulats de la ideologia de la perspectiva de gènere, frontalment oposada a la concepció cristiana, a la llei natural i a l’antropologia humana.

El Manifest justificatiu de la vaga i les mobilitzacions del 8M és la millor demostració que el feminisme en la seva versió actual no va d’igualtat de drets sinó d’ideologia política, radical i excloent, que simplement acusa la meitat de la població de tots els mals. En alguns casos aquest sectarisme contra l’home va més enllà. A Catalunya el manifest demana la llibertat només de les “preses polítiques”, reclama l’avortament sense límits, la legalització de la prostitució, la liquidació de l’escola concertada, i acusa les escoles d’educació diferenciada de “fonamentalisme religiós, retrògrad, reaccionari i masclista”. Aquella llibertat sense límits per matar al que ha de néixer que exigeixen, té un correlat paradoxal en “denunciar la tortura que pateixen els animals no humans”, i rebutgen “perpetuar el nostre privilegi d’espècie per sobre dels drets i llibertats d’altres éssers”. Es preocupen de tots els altres éssers vius, excepte del fetus humà. Aquest pot ser mort quan es vulgui, i no importa el seu dolor. Es vol major absurd inhumà? Això és el que promou la vaga del dia 8 i per aquestes causes es mobilitzen. La majoria de les dones ho comparteix? És clar que no, però cal llegir el que es recolza, i ser conscient que el que es reforça, no són les idees de cadascú, sinó la dels manifestos oficials, impulsats per organitzacions que capitalitzen els resultats.

Davant aquesta evidència ocultada pel soroll informatiu afirmem:

1. És un feminisme que no defensa a la dona sinó a un determinat estereotip, basat en l’enfrontament contra tots els homes. Aquest feminisme, que es revesteix d’oripells progressistes, és el feminisme del liberalisme de la globalització, que exclou la majoria de les dones:

  • A les dones traficades i explotades per la prostitució. Davant aquesta injustícia reclamem la seva prohibició o, si no la de la terceria, la prohibició absoluta d’obtenir un benefici directe o indirecte relacionat amb ella.
  • Als ventres de lloguer, un altre ús abusiu del cos de la dona a canvi de diners. Els mateixos que s’oposa a l’ajuda a la dona embarassada perquè pugui tenir el fill i donar-lo en adopció, advoquen per la mercantilització de l’úter. Demanem la seva prohibició.
  • La maternitat. Les dones embarassades pateixen múltiples discriminacions. Pel que fa a les seves oportunitats laborals i de promoció, de manca de protecció laboral, de discriminació per part dels serveis públics que només atenen i ajuden econòmicament a les dones que volen avortar, però no a les que volen ser mares, en l’educació sexual dels adolescents, on l’embaràs es tracta com una malaltia de transmissió sexual, en lloc de ser concebut amb la responsabilitat de l’acte que dóna la vida, en la cultura, on una dona amb fills, sobretot si són nombrosos, és qualificada com un ésser estrany. Postulem una llei de protecció integral de la maternitat.
  • La vídua que depèn de la pensió del marit mort. No es reivindica una cosa tan elemental com la necessitat que els seus ingressos siguin suficients com per no incórrer en una situació de pobresa. I és que la dona que ha dedicat la seva vida a la família no té lloc en l’estereotip del feminisme de gènere. Cal garantir totes aquestes pensions per sobre del llindar de risc de pobresa.
  • La llibertat d’elecció de la dona com a mare i cuidadora a la llar. El mantra oficial del feminisme, liberal i de gènere és que només el mercat realitza a la dona. No és cert, ni per a ella ni per a l’home. La dona, com l’home, té el dret a triar si prefereix dedicar més, menys o gens de la seva activitat a un treball de mercat. La resposta a aquesta llibertat no és que l’estat entri a la intimitat de les parelles per dir-los qui ha de deixar de treballar, i quan, sinó que ha de deixar a les seves mans la decisió i a més adoptar dues mesures: Una, la renda garantida, inclosa la Seguretat Social, per al membre de la família que opta per dedicar-se a la cura dels fills o de les persones dependents de la seva família, i que ha de créixer en funció del nombre de fills que atén. Dues, el dret a una part de la propietat dels béns acumulats des de la formació de la parella. Aquesta és també la manera de dotar de seguretat a la dona en el cas de ruptura i evitar la feminització de la pobresa.
  • La pornografia, que és un altre mecanisme de lucre a gran escala basat en denigració i cosificació de la dona, convertit en la porta d’entrada dels adolescents a l’imaginari sexual. Demanem la seva regulació restrictiva, la prohibició del seu consum gratuït a Internet, i l’aplicació d’una fiscalitat dissuasòria.

2. La vaga només obeeix a una ideologia política de poder, enfrontament i conflicte. La grandiloqüència de les paraules usades estan dirigides a emmascarar la desigualtat real que és econòmica, i que afecta sobretot a les dones. Només cal constatar com el ministeri competent en igualtat manca de tota competència econòmica. Quina classe d’igualtat postulen? Aquest feminisme radical és totalment reaccionari i immobilista des d’un punt de vista del progrés econòmic i social de les persones menys afavorides de la societat. Es resumeix en la vinyeta d’El Roto publicada a El País (25-5-18), en la qual apareix un alt executiu afirmant amb cara de satisfacció: “La lluita de gènere ha substituït la lluita de classes, estem salvats!”.

3. Es tracta d’una vaga governamental, que crea un precedent perjudicial per a la democràcia. En realitat, és la culminació d’un procés polític d’agitació i propaganda que enguany es revesteix d’un fort contingut electoralista. No respon a cap interès real de les dones.

4. La situació de la dona a Espanya no és perfecta. No obstant això aquest és un dels països més segurs per a les dones i les lleis de protecció de la dona són les més dures del món. És el cinquè millor país del món per a la dona d’acord amb el Women, Peace, and Security Index. En la classificació del Banc Mundial sobre drets de les dones en l’àmbit professional i dels negocis, ocupa una posició destacadíssima amb 97,5 punts sobre 100. Seria de desitjar que en la immensa majoria d’apartats que regeixen la vida de la nostra societat, la posició espanyola fos tan bona com la que es dóna en relació amb la dona. Per tant, no considerem que hi hagi justificació per a la vaga.

Ver también la sección: LA CONDICIÓ FEMENINA


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