Comprendiendo el comportamiento humano a través de la Etología y la Primatología

Sin duda la conducta humana es complejísima, para el no experto resulta todo un misterio. Comprender la conducta humana supone una ardua tarea, no apta para observadores epidérmicos… A lo largo de toda su historia, el ser humano ha ido preguntándose y cuestionándose sistemáticamente acerca de su identidad, sus orígenes, sus actos y los fines de sus actos. Resulta imposible comprender la conducta humana sin estar familiarizado antes con el comportamiento de los animales.

El ser humano es el más complejo de los seres vivos, el más complejo de los animales. Por eso es considerado el «animal superior». Esa complejidad se encarna en su organismo, especialmente en su sistema nervioso, y se manifiesta a través de su complejo comportamiento. El comportamiento, la acción, es la característica esencial de los seres vivos. Mediante su comportamiento, el animal entra en relación con su medio ambiente a fin de alimentarse, reproducirse, satisfacerse.

Fruto de la evolución, el hombre cuenta con el cerebro más desarrollado. Así pues, es el animal que puede recibir más influencias y producir comportamientos más complejos. Comportarse es adaptarse, aunque hay comportamientos no adaptativos. La herencia biológica y la herencia cultural son dos de los factores que más condicionan su comportamiento. Etología y Primatología son dos de las ciencias que estudian el comportamiento animal y de los primates. Los trabajos sobre las diferencias y las similitudes entre chimpancés –nuestros parientes más cercanos– y humanos permiten conocer los caminos por los que evolucionó la cultura, “el principal elemento de nuestra identidad”.

Etología

La etología es la ciencia que estudia el comportamiento de los animales y se ocupa del cómo y del porqué de la conducta animal. La etología (del griego «ηθος» ethos, costumbre, y «λóγος» logos, razonamiento, estudio, ciencia) es la rama de la biología y de la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales en sus respectivos medios naturales, con el objetivo de describirlo y explicarlo. La etología pretende estudiar qué hacen los animales y por qué lo hacen. La descripción de la conducta de los animales se realiza mediante la observación. La explicación de la conducta requiere trabajos experimentales o de comparación entre especies. La Etología puede ser definida como el estudio del comportamiento de las especies animales, todas, incluido el hombre, en su medio natural. Fue fundada por Konrad Lorenz y Niko Tinbergen, los cuales resaltaron la predisposición innata de los animales a responder de una forma concreta a unos estímulos concretos, una predisposición que es adaptativa, esto es, que tiene un claro valor de supervivencia.

Los científicos dedicados a la etología se denominan etólogos y estudian las características conductuales distintivas de un grupo determinado y cómo estas evolucionan para la supervivencia del mismo en un ambiente determinado. Su objeto de estudio es el comportamiento animal en su interacción con el medio. Los seres humanos, también animales, forman parte del campo de estudio de la etología. Algunos autores denominan a esta especialización etología humana, diferenciándola expresamente de la psicología o la sociobiología. Los objetivos de los etólogos son el estudio de la conducta y las relaciones con el medio, así como el descubrimiento de las pautas que guían la actividad innata o aprendida de las diferentes especies animales. Así, los etólogos han estudiado en los animales aspectos tales como la agresividad, el apareamiento, el desarrollo del comportamiento, la vida social, la impronta y muchos otros.

Resulta imposible comprender la conducta humana sin estar familiarizado antes con el comportamiento de los animales, por esta razón el estudio de la etología es fundamental para tener una visión holística del desarrollo humano. Explicar la conducta supone estudiar su control –es decir, los mecanismos fisiológicos que son responsables de la misma-, ontogenia –cómo cambia a lo largo de la vida del animal-, función –cómo contribuye a la supervivencia y éxito reproductivo del individuo que manifiesta la conducta – y evolución –de qué manera la conducta se ha modificado a lo largo de la historia evolutiva de la especie-. Esta conducta está determinada tanto por factores genéticos como ambientales y se entiende como la manera de actuar y de relacionarse que cada especie tiene con el entorno, sus semejantes y sus allegados. La parte genética del comportamiento animal constituye el cúmulo de características que definen el temperamento general, tanto heredadas, como innatas. El ambiente, por su parte, influye en el comportamiento final del animal, ya que los estímulos externos pueden determinar tanto fobias o traumas como buenas conductas. Además, existen factores internos como hormonas, lesiones en el cerebro o dolor que también pueden cambiar las conductas.

Los etólogos usan la metodología comparativa para estudiar conductas como la cooperación, la inversión parental, el conflicto, la selección sexual, y la agresión en diversas especies. Una de las ideas fundamentales de la etología es la existencia de pautas de acción modal (PAM). Las PAM son comportamientos estereotipados que ocurren en una secuencia rígida, en situaciones determinadas como respuesta a un estímulo concreto. Una vez identificadas las PAM, pueden ser comparadas de especie a especie para contrastar semejanzas y diferencias en aquellas conductas parecidas. Otro concepto relacionado de la etología es el de impronta. La impronta es un tipo de aprendizaje especial que ocurre durante un período crítico, fuera del cual ya no puede ocurrir, durante el que el joven animal aprenderá algún patrón de conducta social hacia sus progenitores o hermanos. El aprendizaje no podrá ocurrir fuera de este período crítico. Por ejemplo, Konrad Lorenz observó que desde que nacen, las aves como los patos, los gansos y los cisnes son capaces de identificar a sus progenitores y seguirlos de forma espontánea. Demostró cómo los patitos nacidos en incubadora podían formar una impronta con el primer estímulo que percibieran al nacer, por ejemplo, el propio calzado de Lorenz.

¿Qué es la “primatología”?

La primatología es el estudio científico de los primates. Su rango de estudio abarca desde la anatomía de los ancestros de los primates hasta los estudios en campo sobre el comportamiento y ecología de las especies actuales, arrojando luz sobre el comportamiento de los ancestros de la humanidad. Ha generado grandes conocimientos en los comportamientos humanos básicos y en el origen de estos comportamientos. El primatólogo estudia la biología, la conducta y la evolución de las especies del orden de los primates. El etólogo estudia la conducta de los seres vivos desde una perspectiva comparada y evolucionista. La Primatología ayuda a los seres humanos una mejor comprensión de nuestras propias características. Estas características se las debemos a nuestros ancestros primates, y esto nos permite determinar lo que nos hace humanos.

La Primatología es el estudio científico de vida de los primates no humanos. Los primates son uno de los grupos más diversos de los mamíferos. Los primates son nuestros parientes más cercanos entre todos los seres vivos. Los monos, gibones, monos y más seres humanos son primates. La Primatología existe porque los seres humanos tienen un lugar único dentro de los primates.  Las características de los primates es que tienen una tendencia a la verticalidad parte superior del cuerpo mientras está de pie, sentarse y caminar. Sus manos también tienen cinco dígitos, y la mayoría tienen pulgares oponibles. Los primates tienen uñas en lugar de garras y los ojos se fijan en la parte frontal de la cara. Ellos también tienen una fuerte dependencia de la conducta aprendida y un reducido número de crías. En los primates, también hay un cambio desde el sentido del olfato hacia el sentido de la visión y el uso de los órganos táctiles, como las manos.

Entender a los animales para entendernos a nosotros

Preocuparse por el comportamiento de los animales debería contribuir a que las distintas especies que cada día se ven más amenazadas en sus hábitats naturales logren sobrevivir. Además, esto ayudará a que los humanos, al intentar comprender a los animales, nos entendamos más a nosotros mismos y podamos así convivir en armonía con la totalidad de los seres vivos que pueblan el planeta.

Podemos echar la vista atrás, recordando las condiciones en que nosotros, la especie Homo sapiens, emprendimos nuestra andadura. Para intentar explicarnos y comprender lo que fuimos, en el plano científico y cultural por ejemplo, e imaginar lo que seremos, lo que podemos llegar a ser, explorando las huellas más nobles que hemos dejado en el planeta: nuestra cultura, nuestro arte y nuestro legado intelectual. Hay investigadores que comprueban cómo la cultura altera nuestro recorrido social y evolutivo. Sabios que rastrean las civilizaciones en que se escindió la humanidad. Expertos que nos hacen partícipes de creencias y costumbres, creaciones artísticas y avances tecnológicos. Entre todos, definen una sutil conexión que nos mantiene unidos unos a otros desde hace muchísimo tiempo y que contribuirá, sin duda, a conocernos mejor a nosotros mismos.

Elaboración a partir de materiales diversos